El fenómeno climático de El Niño, y no el cambio climático, fue un factor clave en las escasas lluvias que afectaron al tráfico marítimo en el Canal de Panamá, según dijeron científicos el miércoles.
Un equipo de expertos internacionales concluyó que El Niño, un calentamiento natural del Pacífico central que cambia el clima en todo el mundo, multiplicó por dos la probabilidad de las bajas precipitaciones que recibió Panamá durante la temporada de lluvias del año pasado. Eso redujo el nivel del agua en el embalse que proporciona agua dulce al Canal y agua potable a más de la mitad del país centroamericano.
El cambio climático provocado por el ser humano no fue un factor clave en que el país centroamericano tuviera una temporada del monzón más seca de lo habitual, según concluyó el grupo World Weather Attribution, tras comparar los niveles de lluvias de modelos climáticos de un mundo simulado sin el calentamiento actual.
El estudio aún no se ha publicado en una revista científica revisada por pares, pero emplea métodos científicamente aceptados y estudios similares previos a menudo se publican unos meses después.
“La variabilidad natural juega un papel crucial en impulsar muchos (fenómenos) extremos”, explicó Kim Cobb, científica climática en la Universidad de Brown, que no participó en el estudio. “Este es un recordatorio importante de que el calentamiento global no siempre es la respuesta”.
Panamá experimentó uno de sus años más secos documentados el año pasado, con lluvias por debajo de la media en siete de los ocho meses de su temporada de lluvias, de mayo a diciembre.
Como resultado, desde finales de junio la Autoridad del Canal de Panamá ha restringido el número y el tamaño de los barcos que cruzan el canal debido al bajo nivel de agua en el lago Gatún, la principal reserva hidrológica del canal. El tráfico mercante global aún se ve afectado.
Para probar si el cambio climático había jugado un papel, el equipo de científicos analizó datos meteorológicos en simulaciones informáticas lo bastante precisas como para determinar las precipitaciones en la región. Esos modelos simulan un mundo sin el calentamiento actual de 1,2 grados Celsius (2,2 grados Fahrenheit) desde la era preindustrial, y valoran cómo de probable sería la falta de lluvias en un mundo sin calentamiento provocado por la quema de combustibles fósiles.
Los modelos climáticos no mostraban una tendencia similar a la falta de humedad que registró Panamá el año pasado. De hecho, muchos modelos muestran una tendencia de más precipitaciones en la región por el cambio climático provocado por las emisiones de dióxido de carbono y metano derivadas de la quema de carbón, petróleo y gas natural.
Por otro lado, el análisis mostraba que El Niño redujo las lluvias de 2023 en aproximadamente un 8%, y es improbable que Panamá hubiera tenido una temporada de monzón tan seca sin la influencia del fenómeno meteorológico. Los investigadores señalaron que un incremento de la demanda de agua en la región agravó ese déficit.
El grupo tuvo en cuenta los registros de precipitaciones de más de 140 años en 65 estaciones meteorológicas, algo que Clair Barnes, investigadora del Imperial College of London y una de los autores del estudio, describió como “un sueño para la estadística”.
“De modo que estamos bastante seguros de que El Niño provoca la baja precipitación”, señaló el científico climático Friederike Otto, también del Imperial College y que coordina el equipo de estudios de atribución.
El grupo World Weather Attribution comenzó a trabajar en 2015, debido en parte a la frustración por el mucho tiempo que tomaba determinar si el cambio climático estaba detrás de un fenómeno meteorológico extremo. Estudios como el suyo, con ciencia de atribución, utilizan observaciones meteorológicas y modelos informáticos para determinar la probabilidad de que un fenómeno particular ocurra antes y después del cambio climático, y si el calentamiento global afectó a su intensidad.
Con información de AP