El castillo de Bran, conocido popularmente como el castillo de Drácula, es una fortaleza medieval ubicada en Rumania. Por la creencia de que supo ser la antigua residencia ed Vlad Tepes, “El empalador”, fue príncipe de Valaquia entre 1456 y 1462, cuenta con gran atractivo turístico.
Ubicado cerca de Brasov, en Transilvania, al centro-noroeste del país, es un monumento nacional construido en 1212 y uno de los puntos clave del turismo rumano por su antigüedad, por valor arquitectónico y por su vínculo con el personaje ficticio del conde Drácula. Se cree que el personaje histórico en el que se inspiró el novelista irlandés Bram Stoker, jamás vivió en este castillo y que su verdadera fortaleza fue el castillo de Poenari, que hoy se encuentra parcialmente en ruinas.
A pesar de su aspecto macizo y fortificado, el castillo de Bran recibió pocos asedios y su importancia militar fue escasa. Solo fue habitado permanentemente durante las décadas de 1920 y 1930, cuando sirvió de residencia veraniega a la reina María de Rumania.
En tiempos de pandemia, los visitantes del imponente castillo de Bran de Rumania, y como parte de la campaña de vacunación contra el coronavirus, están recibiendo los inoculantes Pfizer contra el COVID-19. Este destino se suma, de esta manera, a otros lugares turísticos del mundo que están aprovechando para continuar con los planes de inoculación, tal como ocurre en las playas de Miami, en Florida, o en Times Square, en Nueva York, luego de que así lo anunciara recientemente el alcalde Bill de Blasio.
“Vine a visitar el castillo con mi familia y, cuando vi el cartel, reuní mi coraje y acepté ponerme la vacuna”, comentó Liviu Necula, un ingeniero de 39 años, en un artículo concedido al diario británico The Guardian.Conocido como El Castillo de Drácula, este sitio turístico por excelencia se convirtió, recientemente, en un centro de vacunación (Reuters)
A los turistas que reciben la vacuna se les entrega un certificado en donde se da cuenta de su “audacia y responsabilidad”, que promete que serán bienvenidos en el castillo “durante los próximos 100 años”, y se les ofrece un recorrido gratuito por la “cámara de tortura”.
El personal que trabaja en el castillo espera que esta acción sirva para atraer a más personas a este sitio turísitico, dado que, por la pandemia, la cantidad de turistas en los últimos meses fue bajando.
Se cree que Stoker, el autor de Drácula, se inspiró en Vlad y el sitio se ha asociado durante mucho tiempo con su novela de 1897, que ayudó a fundar el género de vampiros moderno, aunque no hay evidencia de que supiera sobre el castillo de Bran.
No es la primera vez que el gobierno de Rumania recurre a campañas locales de vacunación y establece “maratones” de 24 horas en lugares importantes. Ya lo hizo recientemente en la Biblioteca Nacional de Bucarest, capital del país, con el objetivo de vacunar a la mayor cantidad posible de sus ciudadanos.
Una mujer es vacunada contra el COVID-19 en el Castillo de Bran (Reuters)
“Estos centros son para todos los que quieran vacunarse pero no tengan ganas de hacer una cita online”, declaró a la agencia AFP Beatrice Mahler, directora del hospital Marius Nasta.
Desde el inicio de la pandemia de COVID-19, hace más de un año, Rumania acumula poco más de 1 millón de contagiados y más de 28.960 muertos, según datos de Johns Hopkins University & Medicine Coronavirus Resource Center. De acuerdo a datos de Our World in Data, hasta ahora, el 18,35% de su población recibió al menos de una dosis de la vacuna, es decir, casi 3,6 millones de los 19 millones de habitantes del país, y 11,72% ya recibió ambos componentes. Las autoridades, según difundieron, apuntan a inocular 5 millones de personas para junio y 10 millones para septiembre.