La independencia de Centroamérica, mitos y verdades

by Redacción

Durante la primera década del siglo XIX, las autoridades coloniales españolas, realizaron una serie de medidas fiscales y económicas que limitaban aún más el desarrollo de las Oligarquías criollas centroamericanas, como el aumento de tributos y la consolidación de deudas estatales, para financiar las guerras europeas de la Corona española. Estas medidas acrecentaron el sentimiento pro independencia entre diferentes sectores criollos.

A esta situación le sirvió como detonante y catalizador la Invasión Napoleónica a España en 1808, que significó el colapso temporal de la autoridad real y el inicio del proceso de independencia mexicano y centroamericano.

La Declaración de Independencia, realizada en la ciudad de Guatemala el 15 de septiembre de 1821, fue parte de un plan de la Familia Aycinena que temí­a que las luchas de los vecinos de San Salvador, Granada y León pudieran cambiar el sistema económico imperante. Dicho plan fue redactado con el apoyo de algunos intelectuales, en especial de Pedro Molina.

Sin embargo, el objetivo principal del mismo era la anexión del Reino de Guatemala a México, pues consideraban que así­ se preservarí­a el status quo y los grandes comerciantes de la ciudad de Guatemala podrí­an continuar monopolizando a su favor las actividades de exportación e importación. 

En el período de 1808 a 1814, se produjeron alzamientos en el territorio de la Intendencia de San Salvador.

El Alzamiento del 5 de noviembre de 1811, conocido como el Primer Grito de Independencia, fue encabezado por José Matías Delgado, Manuel José Arce y los hermanos Aguilar en San Salvador. Se extendió en los días siguientes del mes de noviembre a las ciudades de Santiago Nonualcos, Usulután, Chalatenango, Santa Ana, Tejutla y Cojutepeque.

Hubo dos alzamientos relacionados con éste que adquirieron relevancia, el del 20 de diciembre de 1811, ocurrido en Sensuntepeque, y el del 24 de noviembre de 1811, ocurrido en la ciudad de Metapán. Este último fue vencido en diciembre de 1811.

El Alzamiento de 24 de enero de 1814, ocurrido en San Salvador, no tuvo éxito y la mayoría delos líderes independentistas fueron arrestados; siendo uno de ellos, Santiago José Celís, fusilado por las autoridades españolas. En este movimiento hubo una amplia participación popular.

En mayo de 1814, Fernando VII regresó a España como rey, e inmediatamente restableció el absolutismo, derogando la Constitución de Cádiz. Los efectos de las medidas reales se hicieron sentir en Centroamérica, donde el Capitán General de Guatemala, José de Bustamante y Guerra, desató una persecución en contra de los independentistas y los defensores de las ideas liberales, que se prolongaría hasta su destitución en 1817.

Es en esta situación de aparente retroceso de las luchas independentistas que en 1820 se produce la Revolución de Riego, en España, la cual restableció la vigencia de la Constitución de Cádiz y “…provocó la reacción de la aristocracia criolla, el alto clero y la burocracia peninsular…” opuestas a la aplicación de las leyes liberales españolas y preocupados por las demandas de comercio e intercambio libre con los comerciantes ingleses en Belice, lo cual perjudicaba sus intereses monopólicos con relación al comercio.

El Capitán General de Guatemala, Carlos Urrutia, juró la Constitución en julio de ese año y poco después se convocó a elecciones para elegir ayuntamientos y diputaciones provinciales, además de permitirse la libertad de prensa en el territorio del Reino de Guatemala.

En junio de 1821, el Capitán General Urrutia fue sustituido por Gabino Gaínza. En agosto llegaron a Centroamérica las noticias de la Independencia de México, bajo los términos establecidos en el Plan de Iguala de Agustín de Iturbide. Ante esta nueva realidad, Gaínza convocó a la reunión de notables del 15 de septiembre.

Desde febrero de 1821, Agustín de Iturbide [2] había proclamado el Plan de Iguala, que dispuso la independencia de los territorios que hasta 1820 habían formado el Virreinato de Nueva España. Nació entonces el Imperio Mexicano, en un intento de monarquía que lo mantuviese bajo una bandera única, católica y conservadora, opuesta a las medidas liberales que se implementaban en España. El Congreso mexicano de 1822 proclamó Emperador a Iturbide como Agustín I. Para entonces, gran parte de Centroamérica, incluyendo a la Provincia de Guatemala, había proclamado su anexión a México.

El 15 de septiembre de 1821, en una reunión en la Ciudad de Guatemala, los representantes de las provincias centroamericanas declararon su independencia de España y conformaron una Junta Gubernativa provisional, presidida por el antiguo Capitán General español, Gabino Gaínza. La noticia de la independencia llegó a San Salvador el 21 de septiembre.

Cuenta el mito que de que hubo fiesta, cohetillos y marimba en la Plaza Mayor de Guatemala el 15 de septiembre de 1821, no fue del todo cierto.

Dolores Bedoya de Molina, esposa de Pedro Molina, uno de las plumas a sueldo de los Aycinena, al ver que los representantes no se convencí­an de firmar el Acta, mandaron a traer una marimba y quemaron bombas pirotécnicas, para hacer creer a los de adentro que el pueblo estaba respaldando, así­ como hacer que la gente se interesase.

Pero en la realidad, la estrategia no sirvió de mucho, porque los capitalinos no se interesaron. De hecho, según testimonio de Miguel Garcí­a Granados (presidente de facto de Guatemala de 1871 a 1873), que para 1821 era un muchacho, recuerda que ese dí­a fue a la Plaza Mayor, curioso por los cohetillos, pero vio que no habí­a nada, y se regresó. Recuerda también que más tarde, una lluvia torrencial afectó a la capital, lo que hizo que la gente se resguardara en sus casas.

La mayorí­a de representantes que apoyaban la no independencia, se retiraron de la reunión, incluido el arzobispo de Guatemala, Ramón Casáus y Torres, que se habí­a empeñado en condenar todo acto de emancipación.

Una vez se habí­a retirado la oposición, y que sólo algunos intelectuales conservadores, como José Cecilio del Valle, se habí­an quedado, los proindependentistas tení­an el camino libre. Los conservadores apenas lograron imponer en el Acta que, ante la falta de quórum, se proclama la Independencia, pero que posteriormente se convocarí­a a una Asamblea para que decidiera el destino del istmo.

Los sectores más radicales, apoyados por la gran masa de campesinos, se inclinaron por la inmediata independencia y la adopción del sistema republicano y se declaró formalmente el texto redactado por José Cecilio del Valle, siendo en estas condiciones que la propia Declaración de Independencia expuso que ocurría “…para prevenir…las consecuencias que serían temibles en el caso que las proclamase de hecho el mismo pueblo…” Clásico ejemplo del temor de la oligarquía criolla a cualquier cambio de su preponderancia en cualquier terreno.

Al concretarse la independencia centroamericana, se dieron tres opciones a la naciente uniónde provincias: primero, conservar la unidad de las provincias; segundo, independizarse en naciones bien definidas; o tercero, anexarse al Imperio Mexicano de Agustín de Iturbide. Opción esta última que cobró gran fuerza entre la aristocracia conservadora guatemalteca, encabezada por el Márquez de Aycinena, como opción para frenar a los republicanos y como forma de defender los privilegios económicos de los sectores más reaccionarios.

La noticia de la independencia desconcertó a la mayoría de los grupos conservadores en las distintas provincias y ayuntamientos de Centroamérica. La preocupación de los sectores, temerosos de perder sus privilegios, se tranquilizó cuando las autoridades de Guatemala recibieron una carta de Iturbide, quien se había proclamado Emperador de México, invitando a Centroamérica a unirse al imperio, como garante de sus interese económicos.

La Junta decidió consultar a los ayuntamientos y respondieron dos tercios de ellos, de los cuales 168 aprobaron la anexión, y dos, San Salvador y San Vicente (El Salvador), rehusaron unirse a México. La Junta de Guatemala declaró la anexión a México el 5 de enero de 1822. Iturbide envió tropas mexicanas al mando del general Vicente Filisola para someter a las provincias rebeldes de San Salvador y San Vicente. El general Filisola entró con sus tropas a San Salvador en febrero de 1823, luego de derrotar a los salvadoreños en los combates de Guazapa y Guayabal y tras varios meses de resistencia.

Cuando Filisola regresó a Guatemala, recibió la noticia de que Iturbide había sido derrocado yque México se había constituido en República, entonces Filisola le pidió a la Junta de Guatemala que convocara a los diputados centroamericanos para que tomaran una decisión. La Asamblea Centroamericana proclamó, el 1 de julio de 1823, la independencia de España, de México o cualquier otra nación y se constituyeron las Provincias Unidas de Centroamérica.

Al fracasar la anexión a México, dirigentes liberales de Guatemala y San Salvador controlaron la Asamblea Constituyente, manipularon las elecciones y nombraron presidente de la República Federal a Manuel José Arce.

Sin embargo, debido a las presiones que recibió para establecer una sede episcopal en San Salvador, Arce optó por buscar apoyo entre las viejas fuerzas polí­ticas del perí­odo colonial.

De ese modo, la familia Aycinena consiguió una victoria pí­rrica, que pronto se convirtió en el inicio de cruentas guerras que llevarí­an a la desintegración polí­tica de la región centroamericana y al incremento de la pobreza y marginalidad de las grandes mayorí­as poblacionales, que nada tuvieron que ver con el movimiento independentista.

Resumiendo, la oligarquía criolla, conservadora y católica, de los diferentes territorios centroamericanos, primero declararon la Independencia de España ante el temor de la proclamación y vigencia de la Constitución de Cádiz (luego del “Pronunciamiento de Riego”) ysu incorporación al Imperio Mexicano de Iturbide, para en un segundo acto y ante la caída de este último y la proclamación de la República en México; entonces proclamar la soberanía de cualquier tutela externa, primando la defensa de sus interés de clases y aprensión a cualquiersituación política que pudiese afectarlos.

El 22 de diciembre de 1823 la Alcaldía Mayor de Sonsonate y la Intendencia de San Salvador acuerdan unirse, Ahuachapán se rehúsa hasta el 7 de febrero de 1824, cuando las dos provincias se unen totalmente y forman el Estado de El Salvador, perteneciente a las Provincias Unidas de Centroamérica. La Asamblea Constituyente fue presidida por José Matías Delgado y promulgó la primera Constitución federal, el 22 de noviembre de 1824.

Para la organización definitiva del país, la Asamblea Constituyente nombró una comisión pararedactar un proyecto de Constitución. Esta comisión, formada por cuatro diputados, trabajó primero en un documento denominado Bases de Constitución Federal, en el que se recogían los principios fundamentales de la futura Carta fundamental y se delineaba la organización del gobierno. Documento entregado el 25 de octubre de 1823 al plenario de la Constituyente.

El 17 de diciembre siguiente, la Asamblea dispuso hacer circular el texto, e invitó a las Provincias Unidas a formular y presentar observaciones o propuestas de modificación. Las Bases de Constitución federal se dividían en 45 artículos, distribuidos en diez partes o secciones sin numeración.

En marzo de 1824 tomaron asiento en la Asamblea los representantes costarricenses, y a solicitud suya, el 4 de ese mes el cuerpo constituyente declaró que la Provincia de Costa Ricaquedaba incorporada a la República del Centro y era una parte integrante de ella bajo el sistema adoptado en las Bases. La misma declaratoria indicó que las autoridades establecidas en Costa Rica continuarían en sus funciones hasta que se estableciesen las que debían regirla conforme a las Bases.

En Chiapas, por el contrario, se efectuó un plebiscito que resultó en la decisión de integrarse definitivamente a México, en septiembre de 1824.

Desde el punto de vista económico, los Estados centroamericanos, se inician como países independientes como propietarios de grandes extensiones de tierras baldías (antiguas tierras realengas o de propiedad de la corona), en coexistencia con las otras formas reconocidas de dominio, en este caso las tierras de los indígenas, de carácter comunal, las tierras entregadas a los “encomenderos”, facilitante de una apropiación privada y los llamados “ejidos” o tierras de propios, terrenos adscritos a los municipios o autoridades locales.

Quienes firmaron el Acta de Independencia de Guatemala son llamados Próceres de la Independencia. Ellos fueron: Mario de Beltranena, Mario Calderón, José Matías Delgado, Manuel Antonio de Molina, Mariano de Larrave, Antonio de Rivera, J. Antonio Larrave, Isidoro del Valle y Castriciones, Mariano de Aycinena, Pedro de Arroyave, Lorenzo de Romaña, Domingo Diéguez, José Cecilio del Valle, Pedro Molina y Brigadier Gabino Gainza.

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