El presidente de la República, Nayib Bukele, afirmó el domingo que acatará la sentencia de la Corte Suprema de Justicia que declaró inconstitucional el decreto con el que su Gobierno regulaba la reapertura económica en medio de la pandemia de coronavirus en El Salvador.
Bukele, a pesar de las advertencias del Supremo a no utilizar subterfugios para mantener normas inconstitucionales, se «inventó» el decreto número 32, el cual establecía una reapertura económica de cinco fases. Núnca se paso de la fase 1.
Sin embargo, la Sala de lo Constitucional del máximo tribunal consideró que el gobierno estaba limitando los movimientos y actividades de las personas, empresas y otros sectores, y que era inconstitucional prohibir a la población salir de sus hogares a trabajar hasta que llegara una fase concreta.
En un acto salomónico y de buena fe, la Sala mantuvo vigente el decreto hasta el 23 de agosto, dando espacio para que el gobierno y los diputados acuerden una ley de reapertura económica y de combate a la pandemia.
“Este gobierno acatará esta sentencia, aunque sea injusta y vaya contra la vida de los salvadoreños, la historia los juzgará. Nosotros no vamos a crear una crisis constitucional”, dijo el mandatario en una abusada Cadena Nacional de Radio y Televisión.
Bukele criticó con dureza a la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema por, según él, dejar ”sin armas» al gobierno para enfrentar la pandemia y afirmó que “por la forma en que son electos, responden a los intereses de los partidos (políticos)”.
Añadió que en todos los países del mundo los gobiernos ordenan reaperturas graduales para controlar la pandemia, algo ahora inconstitucional en El Salvador. Omitió explicar que en «todos» los países del mundo, las ordenes han sido consensúadas entre los varios poderes del Estado y son legales.
Aquí comenzó con una serie de «medias verdades» que llegan a rozar en el poner en peligro el orden Constitucional de El Salvador.
Bukele afirmó que la Asamblea Legislativa y la Sala de lo Constitucional le han privado de herramientas legales y “dejado al gobierno como una ONG, ni podemos obligar hacer nada a nadie, ni siquiera obligar a alguien a usar mascarillas”, no explicó, una vez más que, las herramientas a ser utilizadas por el Ejecutivo deben ser legales y apegadas a la Constitución de la República.
Su gobierno, señaló, enfrentará la pandemia con las armas que le quedan: reforzar hospitales y hacer conciencia en la población para que haga uso de los protocolos de seguridad para evitar contagiarse, es decir, simplemente harán lo que debieron hacer desde un principio.
Bukele señaló que El Salvador había batido el domingo su récord de contagios diarios, 445, y se esperaba que las infecciones fueran en aumento. Mientras, en la realidad, hay hospitales y centros de Salud que ya tuvieron su primera noche sin llegada de pacientes y en varios otros la ocupación de camas se ha reducido a un 50 %, o menos.
El mandatario se «echó flores» al asegurar que el sistema de salud no había colapsado gracias a que se remodelaron los 30 hospitales nacionales y se construyeron cuatro hospitales temporales. Añadió que ya se habían terminado las dos primeras fases del nuevo Hospital El Salvador que tendrá capacidad para 1.000 camas de cuidados intensivos e intermedios. Esa información se pone en duda al ver que en el nuevo Hospital El Salvador no se observa ni entrada ni salida de personas, ambulancias o personal médico. Si existiera es tráfico, seria bueno conocer los horarios.
A la prensa se le prohíbe constatar la verdadera situación de los hospitales y a los empleados del sistema de salud les amenazan con despidos inmediatos si brindan cualquier tipo de información.
Así mismo, un ingeniero que ha sido destacado y que fue consultado por un reportero de LaGaceta503.com solo pudo responder que le forzaron a firmar un documento de confidencialidad con graves multas en caso de informar a medios de comunicación o entregar imágenes de los verdaderos avances de la obra.
