La noticia de que el martes el rey de Arabia Saudita emitió un decreto con el que finalmente habilitó a las mujeres del reino a conducir automóviles fue celebrado tanto dentro como fuera del país. Hasta ayer, era el único país del mundo con una norma de este tipo.
La cuestión, sin embargo, es anecdótica en relación a una serie de abusos a sus derechos que sufren las mujeres sauditas bajo el sistema de tutela masculina que rige en el reino, lo que le da al marido, al hijo o al padre un control sobre casi todos los aspectos de su vida.
«Las cuestiones vinculadas a las mujeres siempre han sido utilizadas por el régimen saudita en el momento en que necesitaban tapar la mala publicidad por otras cuestiones», dijo Madawi al Rasheed, un profesor saudita de antropología social de la London School of Economics, consultado por el británico The Independent.
«Hablamos de conducir como si fuera lo más importante -y es importante para el movimiento de mujeres- pero hay ciertas restricciones legales que todavía están allí y que también son problemas urgentes», añadió. «Es una larga lucha y un largo camino hacia una igualdad realmente seria».
El rey Salman y el príncipe heredero Mohammed bin Salman han ideado y comenzado la implementación del programa «Visión 2030», un plan a largo plazo de reformas económicas y sociales diseñado para modernizar a Arabia Saudita y, entre otras cosas, reducir la dependencia de los ingresos petroleros.
Si bien el programa incluye la promesa de varias reformas orientadas a las mujeres, las prohibiciones siguen rigiendo para la mayor parte de las decisiones importantes de las mujeres sauditas. The Independent hace un repaso sobre ellas:
1- Casarse: el permiso para casarse debe ser otorgado por el wali o tutor. Además, las mujeres que buscan casarse con extranjeros deben obtener también la aprobación del ministerio del Interior, mientras que el matrimonio con los no musulmanes es prácticamente imposible.
2- Abrir una cuenta bancaria: pese a que existen pocos trabajos permitidos para ellas -como ser asistentes en una tienda o empleadas en ferias-, las mujeres no tienen permitido tener su propia cuenta bancaria y, por tanto, no poseen el control de sus finanzas.
3- Tener un juicio justo: el testimonio de una mujer sólo vale la mitad que el de un hombre en el sistema legal de Arabia Saudita. Las mujeres también reciben la mitad de la herencia que la que reciben sus hermanos.
4- Viajar: los pasaportes y las tarjetas de identificación deben obtenerse con el permiso de un tutor masculino. A las mujeres tampoco se les permite salir del hogar solas.
5- Vestir a su gusto: «vestirse según la belleza» es ilegal; en su lugar, las mujeres deben usar ropa modesta y maquillaje discreto. Las abayas de cuerpo completo -una túnica larga usada sobre otras ropas- deben ser obligatoriamente llevadas por todas las mujeres en público, aunque en los últimos años las reglas sobre el color, la decoración y cómo se llevan los pañuelos se han relajado.
6- Interactuar con los hombres: conversar y pasar tiempo con hombres que no son miembros de la familia puede hacerse de forma limitada. En espacios públicos, restaurantes, universidades y otros espacios hay una sección «familiar» y una sección reservada para los hombres.
7- Buscar tratamiento médico: incluso las operaciones y los procedimientos médicos más sencillos requieren la aprobación por escrito de un pariente masculino.
8- Tener la custodia de los hijos: en los casos de divorcio, a las mujeres sólo se les permite la custodia de sus hijos hasta que llegan a la edad de siete años en el caso de los niños y de nueve en el de las niñas.