El Villarreal tumbó al Bayern para clasificarse para la semifinal de la Champions gracias a un sufrido empate en el Allianz Arena, que hizo buena la victoria lograda en La Cerámica.
Fue Samu Chukwueze el que marcó el gol que daba la clasificación en el minuto 88 de un agónico partido tras una magnífica jugada entre Parejo, Lo Celso y Gerard. Antes hubo tiempo para sufrir el acoso de un Bayern con más nombre que ideas, que trató de imponerse por la fuerza, incapaz de superar un planteamiento ultradefensivo del submarino que le dio el pase a la semifinal.
El Villarreal jugó con el 1-0 de la ida y con el plan que tan bien le funcionó contra la Juventus en el partido de vuelta de los octavos de final. Después de 269 minutos sin encajar un gol en Champions, trató de desgastar el temible filo del Bayern contra su rocosa defensa con Pau Torres y Albiol a un nivel imperial. No se puede negar que tenía riesgo, pero que ya había salido bien antes.
El Villarreal se propuso incomodar al Bayern desde el mismo lanzamiento de la moneda del árbitro. Ahí le cambió Albiol el campo de partida al equipo bávaro. Sin mayor trascendencia que la de variar la costumbre del equipo de casa, el submarino tardó cinco minutos en efectuar su primer disparo. No fue entre palos, pero sirvió de aviso. Gerard controló en la frontal del área para procurarse un remate con la izquierda, que se marchó fuera.
Después del destrozo que le hizo el partido de ida, Nagelsmann varió el dibujo de su equipo. Formó con tres centrales -Pavard, Upamecano y Lucas Hernández– con la idea de abrir el campo con Sané y Coman por las bandas. Tampoco desencadenó la ‘tormenta perfecta’ esperada -ni ambiental ni de juego- para alterar las constantes vitales de los amarillos. De hecho, el pretendido juego por las bandas no encontraba suficientes metros para correr: Lo Celso y Foyth, por un lado, y Coquelin y Estupiñán, por el otro, protegían los flancos del submarino.
Pero el Villarreal daba demasiados pasos atrás y el Bayern intentaba desnivelar el partido por acumulación. Con Albiol y Pau Torres al mando en el área, los centros de Sané desde la banda generaban más desasosiego que peligro real. Un cabezazo de Musiala -a centro de Goretzka– lo paró bien Rulli y dejó noqueado a Albiol que se jugó el tipo para evitar el remate. Provocó el central valenciano una tarjeta amarilla para Lewandowski que se excedió de ímpetu al presionar la salida de balón del Villarreal y la plantó la plancha a Albiol.
A Emery le pudo salir el plan perfecto ya en la primera parte, cuando Lo Celso o Parejo conectaron con las galopadas de Danjuma. Pero cuando no era un central aparecía Neuer para acabar con los contragolpes amarillos. De hecho, la primera parte acabó con un disparo de Gerard al lateral de la red después de una buena combinación entre Lo Celso, Parejo y Coquelin.
Pero fue en el inicio de la segunda mitad cuando el Bayern encontró un resquicio, casi inesperado en la defensa amarilla. Un balón perdido en campo propio, con Rulli a media salida, lo convirtió Muller en una asistencia perfecta para Lewandowski. El delantero polaco ajustó a la izquierda del meta argentino y el balón, tras golpear en el palo, entró para igualar la eliminatoria.
Antes ya había avisado el equipo alemán. En una segunda jugada tras la salida de un córner, Sané cedió al único compañero que quedaba libre, Upamecano, que remató con el cuerpo atrás y la mandó por encima del larguero.
Después fue Muller el que entraba solo delante de Rulli, pero llego forzado para rematar el pase de Goretzka y detuvo el meta argentino. El Villarreal necesitaba un respiro y salir de su campo para, al menos, ver aNeuer en su portería. Era el momento para que Lo Celso o Gerard hicieran de ‘intermediarios’ con un Danjuma desaparecido. Fue en el minuto 82 cuando Gerard asistió para el delantero neerlandés que, un pelín escorado, cruzó demasiado ante el meta alemán.
Emery creyó que el partido estaba para rematarlo y no para conservar el empate hasta la prórroga y quitó a Danjuma y Coquelin para meter una velocidad más por las bandas con Pedraza y Chukwueze.
Y fue el delantero nigeriano el que marcó después de un pase de dulce de Gerard Moreno. La jugada la había iniciado Parejo que, entre tres rivales, buscó a Lo Celso. El argentino buscó el desmarque del delantero catalán que dio medio gol con su asistencia. Un gol para la historia del Villarreal.