Un tuit del mandatario Nayib Bukele, en el que alertaba de supuestas sospechas de COVID-19 en la Asamblea Legislativa la noche del jueves y que precipitó el cierre de la plenaria en la que se votaría sobre un polémico veto presidencial, aumentó las tensiones entre estos órganos de Estado y elevó el tono entre los legisladores opositores.
Bukele aseguró en su cuenta de Twitter que un equipo de contención epidemiológica detectó una «significativa sospecha de #COVID19 en el salón azul de la Asamblea Legislativa».
«Se recomienda el cierre de la plenaria y el autoaislamiento de todos los diputados y personal, mientras se descarta o se confirman los casos sospechosos y sus nexos», añadió Bukele.
Tras esta publicación y ante una amenaza de ser aislados en el Palacio Legislativo recibida por algunos legisladores, varios diputados decidieron abandonar el recinto, por lo que el presidente del Congreso, Mario Ponce, cerró la sesión y convocó a otra para el viernes.
El mensaje y el final abrupto de la reunión en el Parlamento se dio en momentos en los que los legisladores se disponían a votar para superar el veto presidencial a una iniciativa que buscaba facilitar el retorno de unos 4.500 salvadoreños que se encuentran varados en el extranjero por la pandemia y a quienes no se les permite volver a sus hogares.
El rechazo al veto con más de 56 votos enviaría la iniciativa al a la Corte Suprema de Justicia (CSJ) para que esta entidad determine cuál de los órganos tiene la razón.
Este es un nuevo episodio en la escabrosa relación que el Gobierno y el Legislativo mantienen, especialmente desde febrero pasado, cuando el presidente ingresó con militares y policías armados como medida de «presión» para obtener fondos para la seguridad.
LEGISLADORES ACUSAN A BUKELE DE SEMBRAR MIEDO
Las fracciones legislativas de oposición rechazaron el mensaje de Bukele, que se dio tras la divulgación de un vídeo en las redes sociales de una diputada del opositor Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) tosiendo en varias ocasiones.
Se trata de Yanci Urbina quien, a pesar de que el tuit del presidente no hacía referencia directa a ella, se mostró agraviada el viernes durante una nueva sesión del pleno legislativo.
«Rechazo categóricamente el atentado a mi dignidad y mi integridad (…) también rechazo y condeno el atentado a esta Asamblea Legislativa», dijo la diputada.
Carlos Ruiz, también del FMLN, calificó el mensaje de Bukele como una «conducta criminal».
A la condena se sumó el partido opositor con más legisladores, la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y uno de sus diputados, René Portillo Cuadra, acusó al mandatario de un nuevo intento de «golpe de Estado».
«Lo que cambió es que el 9 de febrero ingresó la Fuerza Armada y la Policía de manera abrupta y violenta por orden del presidente de la República. Ayer utilizó el miedo, utilizó a otros diputados para tratar de desestabilizar este órgano de Estado», subrayó.
Diputados de los minoritarios Partido de Concertación Nacional (PCN) y Partido Demócrata Cristiano (PDC) también criticaron al mandatario salvadoreño, mientras que la oficialista Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) intentó bajar el nivel de la discusión.
CRÍTICAS DEL MANDATARIO
Antes del comienzo de la sesión plenaria del viernes, convocada la noche del jueves, el presidente envió una unidad móvil de pruebas de COVID-19 para que los diputados pudieran someterse al test.
No obstante, solamente unos pocos diputados oficialistas, incluido el expresidente del primer Órgano del Estado y ex arenero, Guillermo Gallegos, hicieron uso del equipo.
«La mayoría de diputados se han declarado ‘sanos’ por decreto legislativo. Gracias a Dios no están a cargo de la pandemia. Seríamos el país con más muertes percápita del mundo por #COVID19», sostuvo Bukele mientras se desarrollaba la sesión del Congreso.
El Gobierno también mantiene una relación escabrosa con la Corte Suprema de Justicia tras ignorar y no acatar una orden de la Sala de lo Constitucional de frenar las detenciones y confinamientos «forzosos» de ciudadanos que no están enfermos ni infectados.
Con las pruebas realizadas el jueves, El Salvador detectó 11 nuevos contagios de COVID-19, con lo que suma 261 casos y 8 muertes.