La historia de Sylvester Stallone es digna de una película que muestre cómo un joven de ascendencia italiana pasó de cobrar USD 200 por participar en una producción pornográfica a recibir millones de dólares por cada película en la que aparece.
Stallone, nacido el 6 de julio de 1946, cumple 73 años a semanas de estrenar la nueva cinta de Rambo (Last Blood), el legendario combatiente que ahora lucha contra los narcotraficantes mexicanos.
Precisamente la promoción de esa cinta le trajo críticas cuando se supo que en Reino Unido se estaban vendiendo paquetes hasta por USD 1.000 para acudir a una conferencia del actor, tener acceso a una cena y a una sesión de fotos con él.
Stallone tiene ahora una fortuna estimada de USD 400 millones, pero la vida no siempre fue sencilla para «Sly». Al momento de nacer, los médicos emplearon unas pinzas con las que le cortaron un nervio que dejó como resultado un parálisis en parte de su rostro que le impedía hablar de manera adecuada.
Problemas en la escuela y expulsiones parecían presagiar un futuro poco alentador para el joven que, sin embargo, empezó a destacar como atleta en su adolescencia.
Trabajó en un salón de belleza y luego se despertó en él un interés por la actuación. Pero para consagrarse, primero enfrentó serias dificultades económicas.
Lo corrieron de apartamentos por no pagar el alquiler y tuvo que vivir algunas semanas en una central de autobuses. Sus problemas económicos lo llevaron incluso a vender a su perro por USD 25 para poder comprar algo de comida.
Fue por aquella época en la que aceptó participar en la película pornográfica The Party at Kitty and Stud’s. Aceptó por apenas USD 200. Sentía que sólo le quedaba esa opción o delinquir.
En medio de ese caos, Stallone experimentó una especie de «epifanía» una noche que miraba una pelea de box de Muhammad Ali. Un peleador desconocido logró tumbar a la estrella y el joven Stallone supo que había ahí un drama que podía llevarse al cine.
Surgió así el personaje de Rocky, un guerrero como él que se sobrepone a un entorno adverso para triunfar. Dicen que se encerró en su casa y en tres días había concluido el guión que le daría un Oscar y la gloria.
Pero tampoco entonces el camino resultó fácil para Stallone, un desconocido por aquella época en Hollywood.
Cuando escribió el guión, tenía claro que debería ser él quien diera vida a Rocky Balboa, pero los productores querían a una gran estrella como Robert Redford o Ryan O’Neal. Le ofrecieron comprar su guión en USD 200.000 y que dejara a los grandes estudios el desarrollo de la historia, pero Stallone se impuso y consiguió protagonizar la película.
Lo primero que hizo una vez que le pagaron sus USD 35.000 fue buscar a la persona a la que había vendido su perro y recuperar a la mascota, que incluso apareció en Rocky.
El resto es historia: la cinta recaudó cientos de millones de dólares, se llevó el Oscar de Mejor Película y Stallone se convirtió de la noche a la mañana en una figura.
A la saga de Rocky, de la que se han hecho hasta hora ocho cintas, se sumó la de Rambo y la de Los Indestructibles, con las que ha «Sly» ha demostrado que sabe cómo hacer dólares.
Por supuesto, los fracasos han existido en su carrera, pero lo que ha demostrado el actor es que sabe cómo resurgir.
«Sólo quiero agradecer a todos en todo el mundo por haber acogido a la familia Rocky en sus corazones durante más de 40 años», escribió en noviembre de 2018 para despedirse para siempre del personaje que le dio la fama.
«Ha sido un privilegio para mi haber sido capaz de crear e interpretar este personaje significativo y aunque me rompa el corazón, tristemente todas las cosas deben parar», confesó el actor a sus fans.
Pero el hecho de que termine la era de Rocky no significa el fin de Stallone, pues según IMDB, el actor tiene al menos tres proyectos en puerta, incluida la posibilidad de realizar una cuarta entrega de Los Indestructibles, saga en la que reunió a otros actores taquilleros como Arnold Schwarzenegger, Bruce Willis y Jason Statham.
Eso sí, el actor ha declarado que envejecer no tiene nada bueno, aunque reconoció que los años dan sabiduría.
«Lo mejor de hacerse mayor es… nada. No hay nada bueno en hacerse viejo. Me gusta que cada día me olvido de algo nuevo. Es cierto que te beneficias de la sabiduría y creo que tu alma se hace un poquito más grande, y te vuelves más tolerante y más capaz de perdonar», comentó a Deadline cuando llegó a los 70 años.
«Recuerdo a mi padre, que era un tipo muy duro, en su lecho de muerte. Sus últimas palabras para mí fueron: ‘Aprende a perdonar. No estés siempre enfadado. Sólo aprende a perdonar’. A mí me dejaron alucinado. Así que es cierto que tienes más sabiduría y aprendes que tienes que disfrutar del viaje mientras dura», añadió.
Y mientras continúa en el viaje, Stallone desea seguir activo, pues ya no sólo busca estar al frente de la pantalla, sino desarrollar su creatividad en la dirección y producción.
«Lo que quiero hacer realmente es prestar más atención a la gente cuando me presenta un proyecto que supone un desafío y que es adecuado para mi edad, me gustaría explorar ese camino. He tenido mucha suerte con las películas de acción, y eso ha sido muy gratificante… Me fijo en Clint Eastwood, que ha dejado el listón muy alto, y es un buen ejemplo de cómo puedes actuar y dirigir y hacer trabajos de calidad en la parte final de tu vida. Ese es mi objetivo».
Por ahora el actor disfruta no sólo de la fama, sino también de su familia. Apenas fue noticia hace unos días cuando en su cuenta de Instagram, donde publica constantemente, compartió una imagen arreglando el cabello de una de las tres hijas que tuvo con Jennifer Flavin, la modelo con la que ha logrado la estabilidad emocional después de varios sonados romances.
Uno de sus consejos de vida es, precisamente, poner a la familia en primer lugar, otro sería intentar hacer cosas a las que se teme y uno más, aprende a levantarte.
Los van a noquear unas diez veces, más de las veces que pueden levantarse, pero deben levantarse por lo menos una vez. Eso es lo que nos hace una persona maravillosa: tomar el dolor, aprender de él y ganar por él