La perra colombiana Sombra ha recibido amenazas de muerte del sanguinario cartel del Golfo, por haberse convertido en el azote de los narcotraficantes. Para proteger a esta valiosa hembra de pastor alemán de seis años, las autoridades la mantienen escondida en un lugar seguro y secreto en Bogotá desde finales del año pasado.
Colombia es el mayor productor mundial de hoja de coca, materia prima de cocaína, con 146.000 hectáreas de plantaciones. El país es también el mayor productor de cocaína, con 866 toneladas en 2016, según la ONU.
La relación conflictiva de Sombra con el cartel del Golfo se remonta a 2016, cuando descubrió 2,9 toneladas de cocaína en el puerto de Uraba (noroeste), escondidas en un contenedor de plátanos con destino a Amberes (Bélgica). Un año más tarde, olfateó 1,1 toneladas de la misma droga escondida en la pulpa de la fruta en un almacén en Santa Marta, en la costa del Caribe.
Intento de soborno
Durante sus cinco años de actividad con agentes antinarcóticos, Sombra ha localizado nueve toneladas de drogas. El cartel del Golfo llegó a sobornar a un oficial de policía con el equivalente a 6.000 euros a cambio del animal.
Los perros policía han pagado un alto precio como parte de la lucha contra las drogas en Colombia. Varios de ellos han muerto detectando explosivos en las plantaciones. A veces también han sido víctimas de los francotiradores.