El parlamento hondureño, de mayoría conservadora, aprobó una reforma constitucional que endurece más aún la prohibición del aborto, convirtiendo a la legislación local sobre interrupción del embarazo en una de las más severas del mundo.
El artículo 67 de la Constitución establece ahora que cualquier interrupción del embarazo de parte de la madre o de terceros está prohibida y es ilegal, pero sobre todo que esta cláusula puede ser reformada solo por la mayoría de los tres cuartos de los miembros del parlamento.
El aborto está prohibido constitucionalmente en Honduras desde 1982, pero según la diputada opositora Doris Gutiérrez este nuevo artículo fue redactado para que ya no sea posible reformarlo, porque harían falta 96 votos sobre 128 parlamentarios.
Honduras es uno de los pocos países del mundo que prohíbe el aborto incluso en caso de violación o incesto, graves malformaciones del feto o cuando corre riesgo la vida o salud de la madre.
Para el colectivo de mujeres hondureñas pro aborto, «Somos muchas», la decisión de penalizar a las mujeres que abortan contradice las normas internacionales en materia de derechos humanos, para la mayoría de hondureños se defiende la vida del no nato.
En América Latina la prohibición de la interrupción del embarazo está prevista, además de Honduras, también en El Salvador, Nicaragua, República Dominicana y Haití.