El temor de una guerra total en Medio Oriente, con consecuencias devastadoras para la región y más allá, ha llegado a su punto más crítico desde el inicio de la guerra en Gaza el pasado 7 de octubre.
Los ataques se han extendido más allá de los territorios palestinos y en las últimas semanas han involucrado al poderoso grupo militante Hezbolá, con sede en Líbano, país con el que Israel tiene otro de sus frentes de batalla.
Desde el estallido de la guerra en Gaza en octubre pasado, Israel y Hezbolá han estado intercambiado fuego a través de su frontera común casi a diario.
Las tensiones aumentaron el mes pasado, cuando Hezbolá aseguraba haber «completado» la primera fase de una operación para vengar la muerte de su comandante Fuad Shukr, asesinado en un ataque israelí en Beirut.
Por su parte, el ejército israelí confirmó que lanzó paralelamente un «ataque preventivo» con unos 100 aviones abriendo fuego contra “miles de lanzaderas” de cohetes en 40 zonas de Líbano, en su mayoría en el sur del país.
Y esta semana, Líbano se vio sorprendido por la explosión de decenas de dispositivos de comunicación –beepers y walkie-tokies– que dejaron varios muertos y miles de heridos. Tanto los líderes de Hezbolá como del gobierno de Líbano culparon a Israel de estas detonaciones.
Todo esto ha llevado a las tensiones a su mayor nivel en décadas.
Hezbolá ha sido acusado desde su fundación de llevar a cabo una serie de atentados contra objetivos judíos e israelíes. Está designada como organización terrorista por Estados Unidos, Israel y otros países de la Liga Árabe.
De igual forma, su brazo militar figura en la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea (UE).
«Hezbolá es actualmente la fuerza militar no estatal más poderosa del mundo», le dijo en octubre pasado a BBC Mundo Firas Maksad, experto en política libanesa y geopolítica de Medio Oriente del centro de estudios Middle East Institute (MEI) con sede en Washington.
Qué es Hezbolá
Hezbolá -cuyo nombre significa partido de Dios– es un partido político islamista chiita y un grupo paramilitar respaldado por Irán que ejerce un gran poder en Líbano.
Desde 1992 ha sido dirigida por Hassan Nasrallah y en la actualidad ha pasado a ser la fuerza militar más poderosa de la nación árabe.
El grupo también ha ganado gradualmente influencia en el sistema político de Líbano y tiene poder de veto en el gabinete.
Algunos libaneses consideran que la organización es una amenaza para la estabilidad del país, pero sigue siendo popular entre la comunidad chiita libanesa a quien representa.
Los orígenes precisos de Hezbolá son difíciles de rastrear, pero sus precursores surgieron después de que Israel invadiera una parte del sur de Líbano en 1982 como respuesta a una serie de ataques de militantes palestinos contra Israel, especialmente el intento de asesinato del embajador israelí en Reino Unido.
Ariel Sharon, quien era entonces ministro de Defensa israelí, pretendía purgar la Organización de Liberación de Palestina (OLP) del sur de Líbano y detener las incursiones del grupo a través de su frontera.
Al igual que el primer ministro actual, Benjamin Netanyahu, Sharon también prometió cambiar Medio Oriente con su ofensiva.
Algunos líderes chiitas en Líbano querían una respuesta militar a la invasión y se separaron del Movimiento Amal, un grupo político que pasó a ser una de las milicias musulmanas chiitas más importantes durante la Guerra Civil Libanesa (1975-1990).
Los rebeldes formaron un movimiento militar chiita que recibió apoyo militar y organizativo de la Guardia Revolucionaria de Irán y que fue bautizado como el Amal Islámico.
Poco después, esta organización se alió con otros grupos y creó Hezbolá.
¿Quién es su líder?
El jeque Hassan Nasrallah es un clérigo chiíta que dirige Hezbolá desde 1992.
Ha desempeñado un papel clave en su transformación en una fuerza política y militar. Mantiene estrechos vínculos con Irán y su líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei.
Hace años que Nasralá no aparece en público, al parecer por miedo a ser asesinado por Israel.
Sin embargo, sigue siendo venerado por Hezbolá y pronuncia discursos televisados todas las semanas.
Objetivos de la organización
Hezbolá anunció oficialmente su creación en 1985 mediante la publicación de una «carta abierta» que identificó a Estados Unidos y la Unión Soviética como los principales enemigos del Islam.
En el controvertido manifiesto, Hezbolá también planteó la destrucción de Israel como un objetivo clave.
«Es el enemigo odiado contra quien tenemos que luchar hasta que los odiados obtengan lo que merecen», reza el texto.
«Este enemigo es el mayor peligro para nuestras generaciones futuras y el destino de nuestras tierras, particularmente porque glorifica las ideas de asentamiento y expansión iniciados en Palestina«.
El gobierno estadounidense responsabiliza al grupo de orquestar los atentados con bombas contra la embajada y el cuartel de los marines estadounidenses en Beirut en 1983, que en conjunto dejaron 258 estadounidenses y 58 militares franceses muertos y provocaron la retirada de las fuerzas de paz occidentales.
Después de que el ejército sirio impusiera la paz en Líbano en 1990, poniendo fin a la guerra civil, Hezbolá continuó su guerra de guerrillas en el sur del país.
Pero también comenzó a desempeñar un papel activo en la política libanesa.
En 1992 participó por primera vez en las elecciones nacionales obteniendo más escaños que cualquier otro partido.
La organización emitió un nuevo manifiesto político en 2009, tras obtener 10 escaños en el Parlamento, para resaltar la «visión política» del grupo.
Eliminó del manifiesto de 1985 la referencia a la necesidad de crear una república islámica, pero mantuvo su línea dura contra Israel y Estados Unidos e insistió en que Hezbolá necesitaba conservar sus armas.
Por su influencia política, militar y de seguridad y también por los servicios sociales que provee, en Líbano se le considera un Estado dentro del Estado, rivalizando con las instituciones del gobierno, lo que le genera críticas en el país.
Sus capacidades incluso exceden a las del ejército libanés.
El espectro de la guerra de 2006
La violencia en Gaza ha avivado las tensiones entre Israel y Hezbolá, que ha expresado su solidaridad con el pueblo palestino.
La última vez que el grupo militante libanés se enfrentó a Israel fue en 2006.
Ese año, militantes de Hezbolá lanzaron un ataque transfronterizo en el que ocho soldados israelíes murieron y otros dos fueron secuestrados.
Hezbolá exigía la liberación de prisioneros libaneses a cambio de los soldados israelíes.
Pero la respuesta de Israel al ataque fue rápida y masiva.
Aviones de combate israelíes bombardearon bastiones de Hezbolá en el sur de Líbano y en los suburbios del sur de Beirut, mientras que Hezbolá disparó unos 4.000 cohetes contra Israel.
Más de 1.125 libaneses, la mayoría civiles, murieron durante los 34 días que duró el conflicto, así como 119 soldados israelíes y 45 civiles.
Hezbolá se sobrepuso del conflicto y desde entonces ha mejorado y ampliado su arsenal y reclutado decenas de nuevos combatientes.
Qué tan poderoso es Hezbolá
Hezbollah es una de las fuerzas militares no estatales más fuertemente armadas del mundo.
De acuerdo con Firas Maksad, experto en política libanesa, la organización es hoy «exponencialmente más poderosa» de lo que era en 2006.
«Ha ganado mucha más experiencia, luchando en la guerra de Siria y entrenando y apoyando a milicias pro-Irán en Irak y Yemén», explica el experto.
«Se cree que su arsenal militar es también mucho más amplio y preciso en términos de misiles, en comparación al 2006».
En 2021, el líder de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasrallah, aseguró que el grupo tenía 100.000 combatientes, aunque las estimaciones de otras fuentes independientes los reducen a entre 50.000 y 20.000.
Muchos están bien entrenados y tienen experiencia de combate, muchos de ellos, de hecho, lucharon en la guerra de Siria.
Asimismo, se calcula que Hezbolá posee entre 120.000 y 200.000 cohetes y misiles, según el Centro Internacional de Estudios Estratégicos e Internacionales.
La mayor parte de su arsenal está formado por pequeños cohetes de artillería no guiados.
Pero también se cree que dispone de misiles antiaéreos y antibuque, así como de misiles guiados capaces de alcanzar el interior de Israel.
Se trata de armamento mucho más sofisticado que el que tiene Hamás en la Franja de Gaza.
Por estas razones, Maksad considera que una guerra total entre Hezbolá e Israel sería «devastadora» tanto para los libaneses como para los israelíes.
Los ataques de esta semana contra su sistema de comunicaciones es un golpe al poder de la organización.
Cómo se financia
Según el Departamento de Estado de Estados Unidos, Irán proporciona a Hezbolá “la mayor parte» de su financiación, además de entrenamiento, armas y explosivos.
Teherán también le facilita «ayuda política, diplomática, monetaria y organizativa», denuncia Washington.
Además, tanto las agencias antidrogas estadounidenses como las europeas acusan al grupo libanés de beneficiarse del tráfico de drogas.
Hezbolá ha negado repetidamente dichas acusaciones alegando que para ellos «está religiosamente prohibido fabricar, vender, comprar, contrabandear y consumir» drogas.
El Departamento de Estado estadounidense señala que Hezbolá también se beneficia del contrabando de mercancías, falsificación de pasaportes, tráfico de narcóticos, lavado de dinero y fraude con tarjetas de crédito, inmigración y bancos.
¿Podría ir a la guerra con Israel?
Los combates esporádicos se intensificaron el 8 de octubre, un día después del ataque de Hamás contra Israel, que desató la guerra en Gaza. Ese día Hezbolá disparó contra posiciones israelíes, en solidaridad con los palestinos.
Desde entonces, ha lanzado cohetes contra el norte de Israel y posiciones israelíes en los Altos del Golán, ha disparado misiles antitanque contra vehículos blindados y ha atacado objetivos militares con drones explosivos.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han respondido con ataques aéreos y fuego de tanques y artillería contra posiciones de Hezbolá en Líbano.
Un análisis de la BBC ha desvelado la magnitud de los daños que han dejado esos meses de combates.
Fotos de satélite, imágenes de radar y registros de actividad militar muestran que comunidades enteras han sido desplazadas, con miles de edificios y grandes extensiones de terreno afectadas en la frontera entre Israel y Líbano.
Por el momento, ambas partes no se han enzarzado en una guerra total, pero los ataques casi diarios han devastado comunidades tanto en Israel como en Líbano.
Los análisis revelan que más del 60% de las comunidades fronterizas de Líbano han sufrido algún tipo de daño como consecuencia de los ataques aéreos y de artillería israelíes. Hasta el 10 de julio, más de 3.200 edificios podrían haberse visto afectados.
Las conclusiones han sido elaboradas por Corey Scher, del Centro de Postgrado de la Universidad de la Ciudad de Nueva York. Se basan en comparaciones de dos imágenes distintas, que revelan cambios en la altura o la estructura de los edificios que sugieren daños.
Las ciudades de Aita el Shaab, Kfar Kila y Blida parecen haber sido las más afectadas.
Según la ONU, los ataques han obligado a más de 90.000 personas a abandonar sus hogares en Líbano.
En Israel, según las autoridades, 60.000 civiles han tenido que abandonar sus hogares a causa de los ataques de Hezbolá.
El gobierno de Israel se ha puesto como meta el regreso de estas personas a sus hogares.
A pesar de los combates, los analistas han sostenido que, hasta ahora, ambas partes han intentado contener las hostilidades sin cruzar la línea de la guerra a gran escala. Pero se teme que lo ocurrido esta semana pueda hacer que la situación se descontrole.
Con información de BBC