El anuncio que se realizó sobre el Mundial 2030 sorprendió en todas partes del mundo. Se sabía que Sudamérica iba a competir el próximo año con la candidatura conjunta entre África y Europa, pero no había ni siquiera rumores sobre la mesa con la chance de combinar todos los organizadores. FIFA confirmó que la Copa del Mundo centenario se iniciará en Sudamérica con tres partidos inaugurales repartidos en Uruguay, Argentina y Paraguay antes de emigrar con los restantes 101 partidos a España, Portugal y Marruecos.
Los interrogantes se multiplicaron sobre diversos temas que fueron desde los procesos, el formato del certamen y, puntualmente, sobre la baja de un país que era parte de la candidatura sudamericana: Chile.
Las versiones coinciden en apuntar a que la decisión de excluir a Chile la tomó la propia FIFA, que planteó que en Sudamérica sólo se podrían tener tres partidos. Uruguay será el país que –a priori– inaugure el Mundial en el Estadio Centenario que también albergó la Copa del Mundo 1930. Argentina se ganó la potestad por su mote de campeón actual y finalista de aquella primera edición. Mientras que Paraguay fue designada por ser la sede de Conmebol. Más allá de esto, también se alegó que Chile fue el último país en unirse a la candidatura conjunta que presentaron desde Sudamérica.
Si bien desde hace casi dos décadas Argentina y Uruguay venían coqueteando con la idea, la semilla formal de este proceso se plantó a fines del 2016 y germinó a mediados del 2017 cuando estos dos países abrieron la mesa de diálogo para soñar con traer el Mundial centenario al sitio donde todo comenzó.
Semanas más tarde se dio la famosa foto de Luis Suárez y Lionel Messi promocionando la candidatura en un partido de Eliminatorias, al mismo tiempo que se hacía oficial la unión de Paraguay al proyecto. En ese entonces se rumoreaba que Chile había mantenido conversaciones con Paraguay para ir en busca de la sede del 2026. Recién para febrero del 2019 se cristalizó la unión de Chile al proceso 2030 luego de meses de conversaciones.
Con los cuatro países ya involucrados, en los últimos tiempos se habían conocido avances tales como los 18 estadios que se involucrarían en el certamen o las 48 sedes que pretendían albergar partidos y eventos vinculados al certamen que incluso ya contaba con un comité organizador conjunto. Si bien se esperaba que FIFA difundiera los requisitos para las candidaturas en estos días y recién en 2024 designara las sedes definitivamente, todo cambió en las últimas horas con el inesperado anuncio sobre los seis países de tres continentes que recibirán a la cita.
Messi y Suárez promocionaron la candidatura del 2030 en un partido de Eliminatorias
La Conmebol fue la primera en difundir la noticia del Mundial 2030 horas antes que la FIFA publicará en detalle el hecho. Alejandro Domínguez, presidente del organismo, realizó una conferencia de prensa en compañía de los presidentes de las federaciones involucradas Claudio Tapia (Argentina), Ignacio Alonso (Uruguay) y Robert Harrison (Paraguay).
Casi al unísono, el líder dirigencial de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) de Chile, Pablo Milad, también salió a hablar sobre este suceso con el foco puesto en su país: “Esto fue una decisión netamente del Consejo de FIFA. Los criterios de exclusión son cuestionables, pero me dijeron lo siguiente: Montevideo por derecho propio, al haber sido el primer Mundial de 1930, Argentina por ser el campeón actual y Paraguay por ser la sede de Conmebol… Creo que bajo esos criterios que se analizaron dentro de este Consejo de FIFA claro que nos sentimos muy dolidos, pero también aludieron que como había tres sedes que implicaban dos continentes, de Europa y África, no podían ser cuatro en Sudamérica. Buscando el equilibrio de tres y tres países”.
El tema en Chile no quedó solamente en un ámbito deportivo, también escaló en la política nacional y el propio presidente del país Gabriel Boric expresó su enojo: “Esta no es una decisión en la que el gobierno haya pecado de algún tipo de negligencia, es una decisión propia de la FIFA. Nosotros cumplimos con absolutamente todo lo que correspondía, yo lamento que haya instituciones que funcionen de manera poco seria y sorpresiva. Vamos a hacer valer todos los derechos que le correspondan a Chile, porque con la integridad nacional y con el nombre de Chile no se juega”.
El Estadio Centenario de Montevideo (Uruguay) será sede de la inauguración del Mundial 2030 como reconocimiento por haber albergado la primera Copa del Mundo de 1930 (Foto: Reuters/Andres Cuenca Olaondo)
Si bien el descontento en territorio chileno quedó en evidencia, los dichos de los protagonistas de ese país coinciden con la propia explicación que brindó Domínguez en conferencia de prensa: “En realidad, originariamente, se hablaba solamente de dos países: Uruguay y Argentina. Después se amplió el Mundial de 32 a 48 y se agregó en ese contexto a Paraguay. Y más tarde se unió Chile. Es cierto que en esta oportunidad no está Chile, lo cual no significa que no vamos a trabajar para que Chile esté o le encontremos algo de esta talla también. Es una decisión que la toma FIFA, no nosotros. Nosotros podemos proponer y ellos son quienes determinan cómo y qué. Este es el momento que hay que trabajar ya pensando en las sedes”.
Este nuevo escenario se dio luego de que no avanzara la candidatura total de Sudamérica y fue el Chiqui Tapia, presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, quien detalló por qué decidieron plantear un nuevo escenario: “Era realmente muy difícil, imposible, que Sudamérica tuviera el inicio de un Mundial con tanta historia para Sudamérica. Era imposible conseguir los votos, era imposible conseguir la inversión para realizar un Mundial de tal magnitud”.
El escollo económico fue clave en la competencia por tener la sede absoluta y los directivos celebraron que albergarán tres partidos inaugurales “sin invertir nada”, algo que Tapia consideró fundamental por la situación económica: “Las estructuras ya las tienen, en un momento difícil que viven todos, pero sobre todas las cosas nuestro país”.
Tras explicar la ausencia de Chile, Domínguez profundizó esa línea argumental que planteó Tapia, aclarando que la posibilidad de ganar la candidatura del Mundial 2030 hubiera sido muy compleja por el tema financiero: “Lo bueno es que al tener tres países, tres sedes, estamos hablando casi de ninguna inversión más que la que ya existe. Y esa es una muy buena noticia, porque sabemos que en ese contexto lamentablemente no estamos como para competir si hubiese sido esto una cuestión de inversiones o de exigencias de plata”.
El Consejo de la FIFA que toma estas decisiones está integrado por 37 miembros: un presidente, elegido por el Congreso de la FIFA; ocho vicepresidentes y otros 28 miembros elegidos por las federaciones miembro, todos ellos con un mandato de cuatro años.
Si bien la FIFA aclaró en un comunicado que el anuncio quedará definitivamente formalizado una vez que las seis sedes cumplan todos los requisitos establecidos, será la primera vez en la historia que se desarrolle una Copa del Mundo en tres continentes distintos. Al mismo tiempo, Conmebol volverá a tener actividad del torneo más importante a nivel selecciones por sexta vez tras Uruguay 1930, Brasil 1950, Chile 1962, Argentina 1978 y Brasil 2014.
El plan en estos momentos indica que en Uruguay, Argentina y Paraguay “habrá una celebración” y “organizarán cada uno un partido”, con el Estadio Centenario siendo sede del primer juego del campeonato. “Van a ser tres fiestas, vamos a encargarnos para que sean inolvidables”, anunció Domínguez, quien también buscó destacar que Conmebol de este modo tendrá los principales mundiales en la región en estos años tras haber sido sede del Sub 20 en Argentina en este 2023 y del Sub 17 en Brasil durante el 2019.
“Son 100 años y se va a volver a jugar donde todo comenzó, en Uruguay. En Argentina, que fue la primera finalista; y en Paraguay que es la sede de la Conmebol”, celebró el presidente del organismo que nuclea al fútbol de la región.