Persiste indignación por el fallo que considera que manosear a una niña no es delito

by Redacción

Una semana después que la justicia salvadoreña considerara que no es delito manosear a una niña, la indignación y las protestas continúan en la capital salvadoreña. La noche del sábado, decenas de personas se concentraron, mientras que estudiantes de la Universidad de El Salvador han convocado a una marcha para este lunes.

Las protestas iniciaron por un fallo a favor de Eduardo Escalante, un magistrado del Órgano Judicial, arrestado en febrero pasado. Según la Fiscalía, el magistrado llegó en su vehículo a una populosa colonia en las afueras de la capital, se acercó a un patio donde una niña de 10 años estaba jugando y le tocó la vulva.

El 31 de octubre, la Cámara Primera de lo Penal consideró que la acción del magistrado Escalante no es delito. El polémico fallo judicial consideró que el tocamiento en la parte genital fue breve, en un lugar transitado, «y sobre su ropa, no supone el grado de afectación suficiente» para considerar la acción como una agresión sexual contra la menor. El magistrado Escalante, dice el fallo, cometió una falta relativa a la familia, las buenas costumbres y el decoro público y solo podría pagar una multa.

Indignación y protestas

La decisión judicial provocó una indignación en redes sociales que luego se transformó en protestas. El 4 de noviembre, unas 600 personas se concentraron frente al Órgano Judicial, exigiendo que el caso sea tratado como delito y no como una falta. La indignación continuó con una ‘velatón’ (una concentración con velas) la noche del sábado en el Redondel de la Constitución y estudiantes de la Universidad de El Salvador han anunciado una marcha para el lunes.

“La gente tenía miedo a manifestarse, pero ya está despertando”, dice Fátima Ortiz, una de las organizadoras de la ‘velatón’. Ortiz explicó que todo comenzó con una indignación en Twitter y grupos de WhatsApp, pero que luego se organizaron para manifestarse en las calles. “Estas son actividades de la sociedad civil, hemos puesto dinero de nuestro bolsillo para las pancartas”, dice.

En la última década, El Salvador ha sido un país azotado por la corrupción, la violencia y la impunidad, pero pocas veces sus ciudadanos se organizan para protestar por esos problemas. Según los registros oficiales, a diario se registran 12 denuncias diarias por delitos sexuales y, en el caso de los abusos contra menores de edad, solo 1 de cada 10 termina en condena.

“Hay muchos casos graves, pero no ha habido tanta movilización ciudadana como hoy. Este caso es tan grave que mueve a la indignación. La decisión de la Cámara nos deja en una situación bien compleja, no solo atenta contra los niños, también con las víctimas que se atreven a denunciar”, dice Keyla Cáceres, de la colectiva Amorales.

“En estas actividades hay feministas y no feministas. Hay un punto de coincidencia y eso es un avance. Hay una indignación colectiva por una resolución injusta y eso ha logrado unir”, dijo la bloguera Bessy Ríos, otra de las organizadoras.

El fiscal general, Raúl Melara, ha dicho que apelarán para revertir el fallo. El presidente, Nayib Bukele, y otros políticos también han cuestionado la decisión judicial, pero las organizadoras de las protestas toman distancia de los políticos. “Tendremos tribuna abierta para que la gente se exprese. En la marcha andaban diputados, pero no se les dio el micrófono. Queremos que esto no se politice. Pronto haremos una propuesta de reformas porque no siempre vamos a estar en la calle”, dice Ortiz.

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