Peregrinos nacionales y extranjeros continúan llegando hoy a la Basílica de Esquipulas en Guatemala para venerar la imagen del Cristo Negro.
Luego de tres años de restricciones por la pandemia de la Covid-19, las puertas del templo situado en el departamento de Chiquimula abrieron de par en par para dar paso a largas filas de personas deseosas de recibir la bendición, confesarse, agradecer por los milagros o pedir uno al también llamado «Señor de Esquipulas».
La municipalidad se preparó este año con un ambicioso plan de medidas de seguridad, turísticas, gastronómicas y hasta sanitarias, porque si bien ya pasaron las peores olas de contagio, aún Guatemala transita por otro rebrote desde mediados de diciembre.
Juan Antonio Posada, sacerdote de la Basílica, mostró su alegría de poder recibir a todos y desearles una experiencia muy espiritual para su vida.
Y si bien es cierto que a diario llegan hasta la «Capital Centroamericana de la Fe» viajeros de diferentes países, es a partir de hoy cuando se espera la mayor afluencia en la zona.
La víspera, comenzaron las celebraciones con la procesión del Cristo Negro por los alrededores de la Basílica y en la medianoche se realizó la tradicional serenata.
Historiadores ubican el nacimiento de la solemne festividad alrededor de 1595, cuando el escultor de origen portugués Quirio Cataño llevó a la entonces villa la imagen tallada por sus manos.
Posteriormente, se traslada a la iglesia en enero de 1759 y con el transcurso de los siglos, ese madero del Cristo crucificado se convirtió en el ícono de la fe católica en esta nación centroamericana.
De la talla, sobresale el trabajo del rostro y su color negro, que encierra un sinfín de mitos y leyendas.
Momentos importantes conforman la trascendencia del templo, elevado al rango de Basílica en abril de 1961 por el Papa Juan XXIII.
También en 1980 estuvo allí la Santa Madre Teresa de Calcuta y en febrero de 1996, el Santo Papa Juan Pablo II.
Asimismo, fue sede de dos importantes reuniones de presidentes centroamericanos para concertar la firma de los Acuerdos de Esquipulas I y II en mayo de 1986 y en agosto de 1987 respectivamente, con el fin de pacificar la región.
Más reciente, en 2009, con motivo de los 250 años de la construcción y bendición de la Basílica, la Dirección General de Correos y Telégrafos emitió una estampilla postal con su fachada iluminada y la imagen del Cristo.
Desde Guatemala, una peregrinación marca todos los años el homenaje, la Caravana del Zorro, declarada el 4 de febrero de 2011 Patrimonio Cultural Intangible de la Nación.
El fundador fue Rubén Villadeleón y, tras su muerte, su hijo el Zorro Mayor encabeza el masivo despliegue de miles de motocicletas rumbo a Esquipulas.