El año 2023 será difícil para la economía de El Salvador, confirmó el martes en un programa televisado el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya.
Las complicaciones estarán en diferentes partidas, entre ellos la inestabilidad de los precios de los combustibles que el mismo martes iniciaron con aumentos de hasta 20 centavos dólar, luego de ser liberados por el gobierno del presidente Nayib Bukele.
El titular de Hacienda, que fue interrogado por Moisés Urbina en el programa de entrevista Frente a Frente, del canal 4 de la Telecorporación Salvadoreña (TCS), dijo que el país tuvo record de recaudación fiscal durante 2022, superior en 737 millones de dólares más que en 2021.
Zelaya abordó también la mueva ley de pensiones y dijo que la misma cubre a todos los pensionados y a los que se van a pensionar, y que la universalidad aplica para todos. Se abstuvo de mencionar que dichas reformas dejan por fuera de una pensión digna a unos 5 millones de salvadoreños, ya que el sistema provisional cubre a menos de 900 mil contribuyentes.
Según el funcionario, con la reforma de pensiones, se mejorará la capacidad adquisitiva de las familias. «Quienes recibían 500 dólares, ahora recibirán 150 más, es bastante significativo», indicó, pese a protestas de algunos sectores que alegan no habrá incrementos para ellos.
Zelaya acusó a anteriores administraciones de “saquear” el dinero del sistema de pensiones y usarlo para pago de deudas, sobresueldos, partidas secretas, entre otras acciones ilegales.
Zelaya también abordó el impacto negativo de la economía global sobre la economía local, en referencia a las alertas sobre la recesión que se avecina en Estados Unidos para los próximos meses, la cual podría traducirse en una menor liquidez financiera que afectaría el flujo de remesas.
“Eso va a tener un impacto directo, podríamos esperar una reducción de las remesas, que es un indicador importante de lo que nosotros recibimos, esto podría afectar el crecimiento económico”, dijo.
El Salvador recibió en 2022 unos siete mil millones de dólares en remesas provenientes fundamentalmente de Estados Unidos.
Ante la disminución del activo, dijo Zelaya, el gobierno puede reducir para este año cerca de un 10 por ciento del gasto corriente.
Dicha reducción de gastos además podría traducirse en un mayor desempleo si se aprueba la reducción de municipalidades y alcaldías a nivel nacional, pasando de 262 a solo 50 con gobiernos municipales más centralizados, una propuesta del presidente Nayib Bukele sobre la que debe manifestarse la Asamblea Legislativa en las próximas semanas.
En días recientes, la Asociación Nacional de la Empresa Privada alertó que el país no se encuentra exento de enfrentar las complicaciones por una recesión en Estados Unidos y llamó a los salvadoreños a estar preparados para esa contingencia.
Por su parte, lla Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES) aseguró a finales del año anterior que la canasta alimentaria era 30 dólares más cara en el campo que un año antes.
Además, un informe del Centro para la Defensa del Consumidor afirmó que la inflación registrada en el país provoca pérdida de capacidad de compra en los hogares salvadoreños.
Según el Banco Central de la Reserva (BCR), el 49% de la población no logra cubrir ni sus necesidades básicas.
Los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas y Censos (ONEC), de dicha institución, precisaron que la CBA en la zona rural alcanzó un valor de 183.47 dólares en noviembre pasado, registrando una expansión anual del 20 por ciento.
Similar situación registró la canasta urbana, que alcanzó los 240.64 dólares experimentando un incremento anual de 12%.
