La agrupación de milicias pro iraníes, conocida como Resistencia Islámica, en Irak se adjudicó un ataque con drones sobre una base de Estados Unidos en el sur de Siria como respuesta a la ofensiva previa de Washington en Bagdad, en la que murió un líder terrorista.
“Los muyahidines de la Resistencia Islámica en Irak atacaron, utilizando drones, la base de la ocupación en el campo de Rukban, en Siria, y la Resistencia Islámica confirma su continua destrucción de bastiones del enemigo”, indicó la agrupación en un comunicado.
Según la milicia, se trató de una estrategia con la que busca “resistir a la ocupación estadounidense en Irak y la región” y responder a las “masacres” de los miles de civiles palestinos por las acciones israelíes en la Franja de Gaza, que Washington respalda.
Asimismo, el ataque le siguió a una importante baja en las filas terroristas, más temprano este jueves. Por la mañana, un avión no tripulado bombardeó una sede de la agrupación de milicias pro iraníes Multitud Popular, en Bagdad, y eliminó a tres miembros de la formación Harakat al Nujaba, entre ellos el comandante de la 12° Brigada, Mushtaq Talib al Saidi, y su ayudante.
Al Nujaba era uno de los grupos terroristas que, con el inicio de los combates entre Israel y Hamas, comenzó también su propia ronda de ofensivas, en su caso contra objetivos estadounidenses en Siria e Irak. El Pentágono ya los había responsabilizado por algunos de los ataques contra su personal en la región.
“Las fuerzas estadounidenses tomaron una acción necesaria y proporcionada. Es importante señalar que el ataque se realizó en defensa propia y que ningún civil resultó herido. Ninguna infraestructura o instalación resultaron afectadas”, señaló el portavoz del Pentágono, general de brigada Pat Ryder, luego de que se conociera la noticia.
“Tomaremos represalias y haremos que los estadounidenses se arrepientan de haber llevado a cabo esta agresión”, declaró por su parte Abu Aqeel al-Moussawi, comandante de una milicia iraquí local.
Estados Unidos tiene desplegados unos 2.500 soldados en Irak y otros 900 en Siria, en un intento por mantener una fuerte presencia en la zona e impedir el resurgimiento del Estado Islámico. Sin embargo, debido a su apoyo a Israel en la guerra, que los terroristas rechazan y ven como una intromisión injustificada, estas bases ya han sido atacadas en, por lo menos, 100 oportunidades desde el 17 de octubre.
Sin ir más lejos, el pasado 25 de diciembre, una nave no tripulada llegó hasta un sitio cercano al aeropuerto de Arbil, en el Kurdistán iraquí, donde operan fuerzas estadounidenses y de la coalición antiyihadista. El incidente dejó varios heridos, aunque no se precisó la cifra exacta.
Poco después, la Resistencia Islámica en Irak notificó de otra maniobra, también sobre una base, cerca de Harir, al noroeste de Arbil. El grupo “atacó con drones la base de ocupación en Aldea Verde, en el interior de Siria”, indicaron.