Autoridades de México y Centroamérica se encuentran reunidos desde el miércoles para preparar la llegada de una nueva caravana de migrantes que tiene la intención de partir la próxima semana rumbo a Estados Unidos, dijo a periodistas el vocero de la Secretaría de Gobernación.
Héctor Gandini explicó que el jefe de Migración de México, Tonatiuh Guillén, está camino a El Salvador y Honduras para reunirse con sus pares y otras autoridades a fin de buscar que el ingreso se haga de forma ordenada -a diferencia de lo que sucedió a fines de 2018- y de desincentivar el éxodo masivo.
«Las puertas de México están abiertas para cualquiera que quiera ingresar de forma ordenada», dijo Gandini a periodistas en una entrevista telefónica. «Pero quien quiera meterse de manera ilegal será deportado».
«Se trata de inhibir (la migración masiva), no prohibirla», agregó el funcionario sin dar mayores detalles sobre cómo buscarán desincentivar la caravana.
El martes, el viceministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, Pablo César García, asistió en México a una reunión donde se habló de la caravana y de «brindar todo el apoyo necesario a los migrantes», dijo a la agencia noticiosa del Reino Unido, Reuters, la portavoz de la cancillería de Guatemala, Marta Larra.
Con la leyenda «En Honduras nos matan», la nueva convocatoria propone salir el 15 de enero desde la ciudad de San Pedro Sula, cerca de la frontera con Guatemala. En redes sociales, otras convocatorias llamaban también para partir el 20 de enero desde Santa Bárbara, contigua a San Pedro Sula.
Autoridades de El Salvador dijeron a Reuters, que custodiarán a los migrantes y les darán información sobre los riesgos del viaje, con el fin de desincentivarlos. Cada año, decenas pierden la vida durante la larga y peligrosa travesía.
Desde fines del año pasado, miles de migrantes centroamericanos, en su mayoría hondureños, huyeron de la violencia y pobreza en casa rumbo a Estados Unidos.
Pero a su paso por México, las masivas caravanas desataron la ira del presidente estadounidense Donald Trump, quien busca levantar un muro en su frontera sur para cortarles el paso. Desde entonces, miles se encuentran varados en el norte de México mientras esperan poder cruzar a Estados Unidos, lo que ha puesto a prueba la capacidad de las autoridades mexicanas.
Uno de los primeros grupos de esa caravana se enfrentó con policías mexicanos en un puente de la frontera México-Guatemala. Buscando evitar aquellas escenas de pánico, el Gobierno mexicano dijo que enviará a agentes para resguardar los 370 puntos de cruce en la frontera con Guatemala.
Casi un mes atrás, Estados Unidos comunicó a México que quienes tramiten sus pedidos de asilo serán devueltos a México mientras dure el papeleo, algo que podría extenderse por más de dos años y que el país latinoamericano viene aceptando, al menos en la práctica.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, quien asumió el cargo el 1 de diciembre, ha dicho que buscará eliminar las causas de la migración creando más empleos y mejorando las condiciones de vida en el sur de México y Centroamérica.