Se dice que cuando escogemos un color o tonalidad para la ropa, el maquillaje o hasta para un diseño o mercadeo, respondemos a razones que están muy definidas en el subconsciente y que tienen que ver con el estado de ánimo.
De hecho, la realidad es que los colores pueden provocar sentimientos, intervienen en ciertas sensaciones físicas y hasta influyen en el estado de ánimo. Se trata de un campo que ha sido muy estudiado, dice la psicóloga y consejera Naychaly Rivera, creadora del centro PIENSA Psicología Innovadora.
“Esto incluso se usa mucho en el ‘marketing’ porque el color tiene un impacto en nuestro estado de ánimo y en las emociones”, agrega la psicóloga, tras señalar que cada color tiene una paleta cromática que se puede dividir en colores cálidos y fríos.
Los colores cálidos -como el rojo, el naranja, el amarillo y sus variantes- son los más vibrantes, mientras que los contrarios son considerados colores fríos, como los tonos grises, azules oscuros, negro, etc.
“Los colores que están en un espectro mayor de luz, generan en la percepción de las personas estados de alegría, de calma, de paz, de positivismo. Pero, el mismo color, por ejemplo, con un espectro o tono más oscuro, te genera pesadez o tensión”, abunda la psicóloga.
Un ejemplo que pone es el color rojo que, según dice, si se pone en un espacio como el área de la cocina, puede ayudar a estimular el apetito, porque se puede relacionar como alimentos ricos, como la manazana.
Sin embargo, si el mismo color no se utiliza correctamente en una sala, puede generar tensión y promover estados de ira. En cambio, el mismo color si se combina bien, podría convertirse en un espacio romántico o sensual.
“Por eso, los colores utilizados de manera adecuada pueden ser nuestros aliados o nuestros enemigos. Por ejemplo, un espacio pequeño pintado de negro puede hacer sentir a una persona deprimida. Pero, ese mismo espacio pequeño, pintado de blanco, puede promover estados de tranquilidad y meditación”, explica Rivera.
Algunos efectos
Rojo: Se asocia con pasión, amor y vitalidad. Puede provocar palpitaciones, subir la tensión arterial, también incrementa el deseo y la excitación.
Anaranjado: Es el color del optimismo. Ayuda a disminuir la fatiga y eleva el ánimo.
Amarillo: Potencia la creatividad y la rapidez mental.
Azul: Es ideal si necesitas serenidad y confianza.