Un flujo consistente de migrantes centroamericanos ha estado encontrando maneras de treparse, pasar por debajo o colarse por el muro fronterizo en Estados Unidos para plantar los pies en suelo estadounidense y pedir asilo.
Las lluvias en la zona facilitan las excavaciones para cruzar por debajo del muro.
Un grupo de jóvenes se subieron sobre el muro en San Ysidro, California, con esperanzas de un boleto a una vida mejor. Un migrante ofreció ayuda a los otros para bajarse a suelo estadounidense.
Todos ellos buscaban evitarse la larga espera oficial en el lado mexicano para presentar una solicitud de asilo y prefirieron cruzar el muro y entregarse a los agentes fronterizos estadounidenses.
La semana pasada, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza dijo que el sector de San Diego había experimentado “un aumento ligero” en el número de familias que ingresaban ilegalmente a los Estados Unidos con el objetivo de pedir asilo.
En parejas o tríos (a veces una decena) llegan al muro fronterizo y se las arreglan para pasar al otro lado.
Una niña ayudada por su familia busca un hueco en el enrejado para cruzar a territorio estadounidense.
A menudo en unos pocos minutos, los agentes fronterizos llegan al sitio para llevarlos a centros de detención y comenzar entrevistas sobre “miedo creíble” de los migrantes.
Un hombre observa a través de un orificio, desde donde se ve a una patrulla estadounidense.
Los arrestos de inmigrantes indocumentados en la frontera con México ascendieron en el pasado mes de noviembre a 51.856 personas, un nuevo récord desde que Donald Trump asumiera la Presidencia en enero de 2017.
Las personas recorren la zona buscando alguna zona de acceso.
Trump firmó una orden que implicaba que aquellos inmigrantes que entren al país de forma irregular no tengan opción de pedir asilo; pero la medida fue paralizada de manera temporal por una corte de apelaciones.