El panorama para Tesla se tornó sombrío en las últimas semanas, con una caída sostenida de su valor en bolsa que alcanzó niveles históricos. Según informó CNBC, las acciones de la compañía registraron descensos durante siete semanas consecutivas, marcando la racha negativa más prolongada desde que la empresa se hizo pública hace 15 años. Este declive comenzó tras la participación de Elon Musk en la administración de Donald Trump, lo que ha generado incertidumbre entre los inversores.
El precio de las acciones de Tesla cerró el pasado viernes en 270,48 dólares, su nivel más bajo desde el 5 de noviembre, día de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Desde su pico de casi 480 dólares el 17 de diciembre, la compañía ha perdido más de 800.000 millones de dólares en capitalización de mercado.
Este desplome llevó a varias firmas de Wall Street, como Bank of America, Goldman Sachs y Baird, a reducir sus proyecciones de precio para las acciones de la empresa, citando preocupaciones sobre la caída en las ventas de vehículos eléctricos y la falta de novedades en modelos de bajo costo.
Preocupaciones por la competencia y la producción
De acuerdo con Bank of America, que ajustó su precio objetivo de 490 a 380 dólares, la disminución en las ventas de nuevos vehículos y la ausencia de actualizaciones sobre un modelo económico han sido factores clave en la pérdida de confianza de los inversores.
Por su parte, Goldman Sachs redujo su proyección de 345 a 320 dólares, señalando que Tesla enfrenta un entorno competitivo complicado, especialmente en mercados como China, donde los competidores ofrecen características avanzadas de conducción inteligente sin necesidad de adquirir software adicional.
El sistema de conducción parcialmente automatizada de Tesla, conocido como Full Self-Driving (FSD), ha sido un punto de controversia. Según CNBC, los analistas de Goldman destacaron que en China, los rivales de Tesla no exigen pagos adicionales por funciones similares, lo que pone a la compañía en desventaja. Además, Baird incluyó a Tesla en su lista de “selecciones bajistas”, argumentando que los problemas de producción, como los tiempos de inactividad en las fábricas, complicarán aún más la transición hacia la fabricación de la nueva versión del Model Y SUV.
El impacto de la política y la figura de Musk
Más allá de los problemas operativos, los analistas señalaron que la implicación de Elon Musk en la administración de Trump ha añadido un nivel de incertidumbre significativo para Tesla. Según Baird, la participación del CEO de la compañía como asesor en el llamado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), podría afectar la demanda de los productos de Tesla, especialmente en un contexto donde las posturas políticas del empresario han generado divisiones.
Musk, quien además lidera empresas como SpaceX, la red social X y la startup de inteligencia artificial xAI, ha asumido un papel destacado en los esfuerzos de la administración Trump para reducir el tamaño y el gasto del gobierno federal. Sin embargo, su retórica política, que incluye críticas a jueces y la promoción de narrativas falsas sobre el conflicto en Ucrania, intensificó el rechazo hacia su figura y, por extensión, hacia Tesla.
CNBC reportó que este sentimiento negativo se ha manifestado en protestas y actos de vandalismo en instalaciones de la compañía tanto en Estados Unidos como en Europa. Incluso los analistas más optimistas han reconocido el impacto de las posturas políticas de Musk en la percepción de Tesla.
Según un artículo publicado por el portal Cleantechnica, tradicionalmente favorable a la fabricante, algunos propietarios de vehículos de la marca han comenzado a cuestionar si deberían vender sus autos, mientras que otros sugieren que el consejo de administración debería considerar reemplazar al magnate como director ejecutivo.
Perspectivas a futuro: entre el escepticismo y la esperanza
A pesar del panorama adverso, algunos analistas ven oportunidades en medio de la caída. Wedbush Securities, por ejemplo, incluyó a Tesla en su lista de “Mejores Ideas” y estableció un precio objetivo de 550 dólares para los próximos 12 meses. Según Dan Ives, analista de la firma, este es un “momento decisivo” para los inversores que aún confían en la empresa, ya que la administración Trump podría crear un entorno regulatorio favorable para la visión estratégica de la compañía, especialmente en el desarrollo de vehículos autónomos.
Wedbush también destacó el potencial de Tesla para lanzar nuevos modelos de vehículos eléctricos asequibles, servicios de robotaxis y robots humanoides diseñados para trabajos en fábricas. Según Ives, se espera que Musk enfoque más su atención en la compañía y sus otras empresas a partir de la segunda mitad de 2025, lo que podría revitalizar la confianza en la marca.
Por su parte, TD Cowen expresó optimismo sobre el futuro de la fabricante, señalando que la compañía parece estar en las primeras etapas de un importante ciclo de productos para 2025-2026. Según la firma, este ciclo podría impulsar un crecimiento significativo en los volúmenes de ventas y mejorar la percepción general del mercado hacia Tesla.
