Kim Jong-un llama a la «producción masiva» de armas nucleares

by Redacción

El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, hizo un llamamiento este lunes a producir «masivamente» armas atómicas y misiles balísticos con el objetivo de utilizarlas en el caso de que la seguridad del país se vea amenazada. Pyongyang, reiteró el joven mandatario, es ya un Estado nuclear y tiene un «fuerte poder» disuasivo contra Estados Unidos al que no renunciará.

«Todo Estados Unidos está al alcance de nuestras armas nucleares y hay un botón nuclear siempre en mi escritorio. Esta es la realidad, no una amenaza», señaló el líder norcoreano durante su discurso televisado por el día de Año Nuevo, citado por la agencia surcoreana Yonhap. Kim repartió advertencias a Washington y mostró un tono sorprendentemente conciliador con Seúl, verbalizando incluso la posibilidad de enviar una delegación a los próximos Juegos Olímpicos de Invierno, que se celebrarán este febrero en Corea del Sur.

Kim presumió de «haber logrado la meta de completar nuestra fuerza nuclear estatal en 2017» y pidió que este año el país se centre en la producción en masa de armamento para acelerar su despliegue. Durante el año pasado, Corea del Norte realizó su sexta y más potente prueba nuclear y lanzó más de veinte misiles, tres de los cuales de alcance intercontinental. En el último discurso de Año Nuevo, el líder norcoreano había advertido que se estaban ultimando los preparativos para disparar un cohete de estas características.

Los ensayos de armamento de Pyongyang han disparado la presión diplomática y económica hacia el régimen. El país ha sido objeto de varias rondas de sanciones económicas apoyadas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, China incluida, que a pesar de seguir siendo la principal línea de flotación económica del país ha endurecido su postura ante el programa nuclear norcoreano. Un año más, y ya son cuatro, los medios norcoreanos mencionaron primero al presidente ruso, Vladimir Putin, que al líder chino, Xi Jinping, cuando enumeraron los mandatarios extranjeros que enviaron sus felicitaciones de Año Nuevo a Kim Jong-un.

Si el palo cayó a Estados Unidos, Kim ofreció la zanahoria a Corea del Sur. El dictador aseguró que las relaciones entre ambos países «deben mejorar» antes de la celebración de los Juegos Olímpicos de Invierno, que se celebrarán entre el 9 y el 25 de febrero en PyeongChang, una ciudad situada a apenas 70 kilómetros de la frontera entre las dos Coreas. Kim se mostró dispuesto a que su país envíe una delegación, si bien no ha inscrito aún a ninguno de sus atletas elegibles para participar en las competiciones.

«2018 es un año significativo tanto para el Norte como para el Sur, con el Norte celebrando el 70 aniversario de su fundación y el Sur acogiendo los Juegos Olímpicos de Invierno (…) Esperamos sinceramente que los Juegos sean un éxito. Estamos dispuestos a tomar las medidas necesarias, incluido el envío de nuestra delegación», dijo Kim.

El líder norcoreano, sin embargo, vinculó su presencia al evento deportivo a «la moderación de la tensión militar» entre ambos países, en referencia a las maniobras conjuntas que realizan periódicamente los ejércitos de Corea del Sur y Estados Unidos en la península. «Mientras nos mantengamos en un estado inestable que no es ni guerra ni paz, el Norte y el Sur no pueden garantizar el éxito de los Juegos Olímpicos, sentarse a hablar o avanzar hacia la reunificación», aseguró Kim. El presidente surcoreano, Moon Jae-in, partidario de reiniciar los contactos con Corea del Norte, pidió este mes a Washington aplazar estos ejercicios conjuntos porque la próxima ronda coincide con la celebración de este evento deportivo. El Ejecutivo surcoreano considera que esta rama de olivo permitiría al menos asegurar que los Juegos se desarrollen con normalidad, sin la interferencia o amenazas por parte de Corea del Norte.

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