Al menos 12 organizaciones que integran la Mesa Nacional frente a la Minería Metálica en El Salvador expresaron el lunes su preocupación porque se retome la minería como proceso productivo.
Durante una rueda de prensa, el grupo demandó al presidente Nayib Bukele que no ceda a las presiones de empresas mineras, aunque el mandatario adelantó la víspera su disposición a seguir el proceso de revertir la normativa que prohíbe la minería en el país.
Las organizaciones aseguran que el país tiene poca disponibilidad de agua para la población y que por su parte, la minería requeriría de grandes cantidades del recurso hídrico para extraer el oro.
Mientras, la víspera el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas, se expresó en contra de la minería metálica en El Salvador «porque causa un daño grave e irrevocable a la vida y la salud de las personas».
Los integrantes de la Mesa insistieron en que el jefe de gobierno no debe ceder ante «las presiones e intereses de las empresas mineras» que buscan extraer el oro del territorio salvadoreño.
También el vicerrector de Proyección Social de la Universidad Centroamericana «José Simeón Cañas» (UCA), Omar Serrano, sostuvo que implementar la minería metálica “sería el tiro de gracia para nuestro ambiente” pues el país se encuentra al borde del «estrés hídrico» o la poca disponibilidad de agua para la población.
El 90 por ciento del territorio salvadoreño es calificado por expertos como territorio de riesgo y en ese territorio viene el 94.5 por ciento de la población, apuntó Serrano.
Los participantes en la rueda de prensa dijeron que la extracción del oro no será «para beneficio de los sectores empobrecidos», «sino para proteger los intereses de los países ricos», mientras que el pueblo asume «los daños» de la misma.
Pese a las críticas, Bukele parece decidido a avanzar en la explotación de oro en El Salvador para apostarle, presuntamente, a la generación de empleos, financiar infraestructura e «impulsar el desarrollo de las economías locales», según afirmó.