Rafah es considerada la última gran base del grupo terrorista islamista Hamás, que llevó a cabo una masacre en Israel el 7 de octubre del año pasado y secuestró a 240 personas, llevándolas hasta la Franja de Gaza como rehenes.
Israel supone que hasta cuatro de las antiguas 24 brigadas de Hamás todavía se esconden en Rafah o bajo ella. Combatirlas es, desde esta perspectiva, un paso crucial para derrotar a la organización.
Las capacidades de combate de Hamás se han visto enormemente mermadas tras siete meses de guerra contra Israel, pero el grupo terrorista no ha sido todavía derrotado militarmente. Aunque el número de ataques con cohetes contra Israel ha disminuido significativamente, la organización todavía dispone de muchos de ellos, así como de drones. Los observadores suponen que Israel ha destruido hasta ahora entre el 70 y el 80 por ciento del arsenal de armas de Hamás.
Desde principios de febrero se discute en Israel sobre una posible ofensiva militar contra Rafah, en el sur de la Franja de Gaza. Según informes de los medios israelíes del jueves (25 de abril), las fuerzas armadas ya han completado sus preparativos para la ofensiva. Lo único que falta es la luz verde del gobierno israelí. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, dijo recientemente que la ofensiva podría comenzar «en los próximos días». Ya había advertido que la «presión internacional» no iba a impedirla. La cúpula del Ejército ha calculado públicamente unas seis semanas de «combates ininterrumpidos» para la operación.
Sin embargo, los expertos en seguridad no creen que la ofensiva sea inminente. El vecino Egipto está intentando negociar un nuevo acuerdo de rehenes entre Israel y Hamás, con la esperanza de evitar o al menos retrasar la ofensiva sobre Rafah.
¿Cuál es la situación de la población de Rafah?
Más del 80 por ciento de la población de la Franja de Gaza está desplazada. De los más de 2,3 millones de habitantes, hasta 1,4 millones han encontrado refugio en Rafah después de que las fuerzas armadas israelíes se apoderaran del norte de la Franja. Esto convierte a Rafah en la actualidad en la ciudad más poblada de Gaza.
Los campos de refugiados en la región de Rafah están llenos: faltan alimentos, medicinas y agua potable. «La situación humanitaria en Gaza es increíblemente mala», afirmó un representante de la agencia estadounidense de desarrollo, USAID. En el sur de la Franja de Gaza, casi una cuarta parte de la población sufre una inseguridad alimentaria catastrófica, que afecta particularmente a los niños.
¿Cómo planea Israel proteger a la población civil en Rafah?
El ejército israelí anunció esta semana que se habían completado los preparativos para la evacuación de civiles de Rafah. El Ministerio de Defensa israelí ha adquirido alrededor de 40.000 tiendas de campaña para ellos, para alojarlos en la ciudad y sus alrededores. La agencia de noticias AP publicó imágenes de uno de los primeros y más grandes campamentos al oeste de Jan Yunis. Actualmente no está claro dónde se podrían crear puntos de suministro adicionales.
Mientras tanto, Estados Unidos ha comenzado a construir un puerto provisional frente a la costa. Según información estadounidense, la instalación portuaria temporal en el norte de la Franja de Gaza podría estar lista para funcionar a principios de mayo y a partir de entonces podría facilitar el abastecimiento de la población civil.
Pero construir una infraestructura que funcione para cientos de miles de desplazados internos requiere muchos socios. Un proceso de este tipo con la participación de organizaciones de ayuda, agencias de la ONU y estados donantes podría llevar varias semanas más. Actualmente, gran parte de la ayuda llega a los campos a través del paso fronterizo de Rafah.
¿Qué dicen los demás?
En caso de una ofensiva militar israelí, el vecino Egipto teme que muchos refugiados de la ciudad fronteriza de Rafah puedan llegar al Sinaí egipcio. En este contexto, los dirigentes de El Cairo han amenazado a Israel con cancelar el tratado de paz.
Las críticas más significativas contra los planes de ataque israelíes provienen también del aliado más importante del país, Estados Unidos. El presidente estadounidense, Joe Biden, pidió en febrero al primer ministro de Israel que no iniciara la ofensiva sin un plan creíble para proteger a los civiles. Israel se mostró al menos dispuesto a hablar del tema. El secretario de Estado, Antony Blinken, volvió a advertir hace una semana: «No podemos apoyar una operación militar importante en Rafah».