Iglesia católica recuerda antes de las elecciones que la política una vocación de servicio y no un medio para servirse

by Redacción

Las elecciones ponen sobre la mesa “las  vulnerables condiciones de vida padecidas por el pueblo salvadoreño”, escribió Monseñor José Luis Escobar Alas, Arzobispo de San Salvador, en el comunicado de prensa difundido con motivo de las elecciones a celebrarse el próximo 28 de febrero. Condiciones de vida que el prelado advierte ser “generalmente aprovechadas por los partidos políticos para hacer sus propuestas electorales”, convertidas, en la mayoría de ocasiones, en “promesas de campaña”, “sin verificarse jamás su cumplimiento”.

Se trata de un “comportamiento repetitivo” en los comicios electorales que ha generado después de tantos años “no sólo desencanto en el pueblo”, sino también “el desprestigio de la política”, pues ésta no es vista como forma de servicio, sino “como plataforma de ascenso económico, estatus social, prestigio, etcétera”.

La Iglesia, dice el pastor, “no puede callar ante hechos tan lamentables”. De ahí la publicación de una cuarta Carta Pastoral sobre la praxis política, intitulada “¡Escúchenlo!” (Lc 9,35) con el objetivo de invitar a los candidatos a diputados y municipalidades a considerar la alta responsabilidad que gravita sobre todos ellos.

La política – afirma Escobar Alas – puede  y debe ser muy buena, siempre y cuando sus actores actúen de cara a Dios. No es cierto – dice – que la política en sí misma sea corrupta: es el abuso que de ella se hace lo que la corrompe. Por el contrario, la política “debe ser una cosa buena, un verdadero servicio al pueblo, defendiendo los derechos de los más pobres y vulnerables”.

A continuación, en el comunicado de prensa de la arquidiócesis se explica brevemente la Carta Pastoral, cuya primera parte está enfocada en mostrar que la praxis política actual es “heredera de falencia y debilidades de antaño”. En su segunda parte se reflexiona sobre la praxis política  a la luz del Evangelio y el Magisterio de la Iglesia, y se enfatiza que el poder político procede de Dios, siendo imperativo desarrollarlo según el plan de Dios, es decir – se aclara – haciendo de la política una vocación de servicio y no un medio para servirse. En la tercera parte se provee a los candidatos de una propuesta de trabajo y se proponen la reforma de sistemas públicos en beneficio del pueblo, como también algunas reformas de la Constitución Política. Se encuentran además, exhortaciones al pueblo salvadoreño en general, motivándolo a ejercer su derecho al voto.

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