El Gobierno de la República, por medio del vicepresidente Óscar Ortiz, advirtió que “no habrá negociación alguna” con las pandillas violentas, que según él, han arreciado sus acciones criminales para tratar de empujar al Estado a “tratos y acuerdos”.
Ejemplo de cómo las pandillas han arreciado su criminalidad son los 24 homicidios que se registraron el sábado. Entre los asesinados están dos agentes oficiales (un policía y un militar).
Este número de homicidios el pasado sábado dobla el promedio diario de asesinatos en lo que va de 2017.
“No hay ninguna posibilidad de ningún tipo de trato o negociación con estas estructuras criminales; las tenemos que someter, las vamos a someter”, aseguró Ortiz en un homenaje brindado a los 32 policías y soldados que han caído en enfrentamientos o que han sido asesinados por las pandillas o maras en los últimos doce meses.
Por su parte, en el mismo acto participó el director general de la Policía Nacional Civil (PNC), Howard Cotto, aseguró a la prensa local y extranjera, que “los criminales han incrementado los homicidios para obligar al gobierno a negociar, pero es también una respuesta a los golpes que les hemos dado con captura de cabecillas”.
Durante el pasado Gobierno de Mauricio Funes, entre los años 2012 a 2014, hubo una negociación o la llamada Tregua entre pandillas, por medio de la cual se flexibilizó el trato a los líderes pandilleros presos. Los pandilleros a cambio bajaron los homicidios diarios de 25 a cinco como promedio diario de asesinatos.
El Salvador es uno de los países más violentos del mundo con tasas de homicidios que oscilan entre 100 y 60 por cada 100 mil habitantes, de acuerdo a estadísticas de la Organización Mundial para la Salud (OMS).