El Gobierno de El Salvador prevé perder al cierre del 2020 unos 990 millones de dólares en impuestos por los efectos de la pandemia del COVID-19, de acuerdo con el ministro de Hacienda, Nelson Fuentes.
«Se mantiene la tendencia de la pérdida de ingresos establecida» y «al final del año, se puede registrar una pérdida de 990 millones», dijo el funcionario durante una conferencia de prensa en la que detalló los montos dejados de percibir por el Ejecutivo de Nayib Bukele.
Destacó que, en lo que va de la pandemia, las arcas estatales dejaron de recibir más de 556 millones de dólares, de los que 122,4 son del Impuesto al Valor Agregado (IVA), 290 millones del Impuesto Sobre la Renta (ISR) y 143,9 de otros tributos.
«El mes anterior no hubo movimiento en la economía que generara ese impuesto al valor agregado», señaló Fuentes, quien añadió que el Gobierno debería de «recuperar parte» de los recursos del ISR el 30 de junio al vencer el plazo del pago del 10 % para los contribuyentes.
Agregó que «a pesar de esta disminución de ingresos, el Estado debe mantener el cumplimiento de sus obligaciones», por lo que gestionó 1.624 millones de dólares de financiación con entidades internacionales, que forman parte de un paquete de 3.000 millones aprobados por la Asamblea Legislativa.
Añadió que en manos del Congreso está la ratificación de 620 millones de dólares, de lo que 550 millones provienen del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), 50 millones del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y 20 millones del Banco Mundial (BM).
El 25 de mayo pasado, Fuentes advirtió que las agencias calificadoras prevén que el país caiga en el impago de sus obligaciones.
«Las calificadoras de riesgo están esperando a que caigamos en impago, por la incapacidad que tiene este país de alcanzar acuerdos políticos, ese es el mayor riesgo, porque no podemos resolver nuestros propios problemas», apuntó el titular del Fisco.
En abril de 2017, el Gobierno cayó en el impago de la deuda con las Administradora de Fondos de Pensiones (AFP) por la falta de acuerdos entre el oficialismo y la oposición para emitir bonos en el Congreso y saldar el pago, por lo que tuvo posteriormente que recortar 56 millones del presupuesto estatal.
El impago desencadenó una caída en la imagen financiera del país con la baja de la clasificación de riesgo soberano por las principales agencias calificadoras del mundo.
Según el economista Ricardo Castaneda, el país se encuentra «a las vísperas de una de las crisis más graves de la historia» con una caída superior a la registrad durante la crisis mundial de 2009.
El experto indicó que el mismo Banco Central de Reserva (BCR) en sus primeras estimaciones señala que «la economía puede caer hasta un 4 % y de continuar así la caída puede ser aún mayor, es decir que el país puede caer en una recesión económica».
De acuerdo con Fuentes, se estima la caída del PIB salvadoreño en un 5 % como consecuencia de la pandemia.