El fiscal general de la República, Douglas Meléndez, confirmó el lunes que un cuerpo localizado en una fosa clandestina en el oriente del país es el de la agente de la policial Carla Ayala, asesinada en diciembre de 2017 a manos de un compañero del desaparecido Grupo de Reacción Policial (GRP).
«Los restos encontrados se tratan de la agente desaparecida Carla Ayala, sin duda alguna», dijo Meléndez en una conferencia de prensa tras recibir un informe del Instituto de Medicina Legal (IML) con los resultados de las pruebas genéticas realizadas durante el fin de semana.
Meléndez detalló que los restos fueron localizados en una fosa en un terreno que pertenece a un familiar del agente acusado del crimen en la zona rural del municipio de San Francisco Javier, en el departamento de Usulután.
El 29 de diciembre de 2017, tras una «fiesta navideña», Ayala fue herida de bala por el agente Juan Josué Castillo, quien luego huyó hasta el oriente del país llevándose a la lesionada.
Menéndez señaló que el cuerpo fue sepultado inicialmente en otra fosa y que fue trasladado al sitio en el que fueron localizados, por lo que los forenses realizan inspecciones en la primera tumba para recuperar pruebas.
La jefa de la Unidad Especializada Antipandillas de la Fiscalía, Guadalupe de Echeverría, añadió que por el estado del cuerpo no es posible realizar una autopsia, por lo que pidieron a los forenses del IML un «estudio antropológico» para «verificar las causas de muerte».
11 personas, incluidas 7 agentes de la Policía, que enfrentan dos procesos penales por las lesiones, desaparición y feminicidio de Ayala.
La FGR, tras una serie de pruebas balísticas y la reconstrucción de los hechos, señaló el pasado 4 de junio que Ayala murió a causa de un disparo hecho por Castillo.