FGR mantiene abierto un expediente en contra del sacerdote convicto “padre Toño”

by Redacción

Fuentes del Ministerio Público dejaron entrever que la Fiscalía General de la República (FGR) mantiene abierto un expediente en contra del sacerdote español Antonio Rodríguez López Tercero, conocido en El Salvador como padre Toño, convicto por los delitos de introducción de objetos ilícitos para las pandillas en los distintos centros centros penales del país.

El 4 de septiembre de 2014, frente a un juez especializado contra crimen organizado, el sacerdote aceptó que había introducido dos teléfonos celulares a pandilleros encarcelados, uno a Carlos Ernesto Mojica Lechuga, alias Viejo Lyn, cabecilla de la mara 18 en el centro penal de Cojutepeque, y otro a Carlos Rivas Barahona, alias Chino tres colas, cabecilla también de esa mara, recluido en el penal de Izalco; pero las grabaciones de llamadas telefónicas entre el padre Toño y cabecillas de la Pandilla 18 evidenciaron que había introducido más que dos teléfonos.

La aceptación bastó para que fuera la misma Fiscalía General de la República (FGR), entonces bajo las órdenes de Luis Martínez, quien pidiera la pena mínima de dos años y medio de prisión para López Tercero.

La Fiscalía luego de acceder a los ruegos de la Iglesia Católica fue más allá en su benevolencia y pidió que se le cambiara la pena de prisión por medidas sustitutivas y la condición de no visitar los centros penales y no comunicarse de ninguna forma con miembros de pandillas. El juez de la causa accedió a lo que la solicitud de la Fiscalía le solicitó.

En algunas grabaciones habían testimonios de pederastía, homosexualidad y otras actividades reñidas con con la ley o la moralidad, pero estos delitos no le fueron imputados a cambio de su salida del país.

Sin embargo, a la sazón esta circulando una fotografía en las redes sociales en la que el “padre Toño” aparece en actitud de confianza con personas que han sido enjuiciadas y acusadas de múltiples delitos entre ellos narcotráfico, amenazas y lavado de activos.

El “padre Toño” se prestó luego, de manera malagradecida a los favores recibidos por el exfiscal Martínez, a una estratagema urdida por el exfiscal Douglas Meléndez para mantener preso a su antecesor en una “vendetta” personal y por instrucciones de un empresario que le patrocinaba, ante la imposibilidad de probar otros delitos que le imputaba y con la excusa de haber comunicado, en forma privada, a los superiores del sacerdote la actividad delictiva de este.

El “padre Toño” fue traído de España de manera expresa por Meléndez y llevado directamente del aeropuerto a las oficinas centrales de la FGR, donde firmó un documento en el que acusaba a Martínez por divulgar información privilegiada, por lo que, con ayuda de un juez fue condenado a 5 años de cárcel. Dicha sentencia se encuentra actualmente en apelación ante la Cámara 3a de lo Penal.

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