El hacinamiento en las cárceles agrava la situación de unos de 18 mil reos enfermos en el sistema penitenciario nacional, estiman hoy expertos.
Según informes periodísticos, hay negligencia gubernamental en la problemática y que durante el régimen de excepción, desde el 27 de marzo de 2022, un total de 406 privados de libertad que padecían enfermedades consideradas graves murieron dentro de los centros penales.
De acuerdo con registros del sistema penitenciario, en el país existen 18 mil 756 reclusos que presentan al menos una enfermedad, siendo los penales de Mariona, Izalco y Apanteos los que más enfermos arrojan.
Las dolencias más registradas son tuberculosis, hipertensión, diabetes y VIH. Según el sistema, los penales con mejor atención médica para los enfermos son el Centro Preventivo de Jucuapa en Usulután, la Granja de Zacatecoluca y el Penal de Quezaltepeque.
Según el matutino La Prensa Gráfica (LPG), el miércoles 8 de marzo se realizó un traslado masivo de reos enfermos. Ese día por la noche 800 privados de libertad fueron movilizados hacia el Centro de Detención Menor de Zacatecoluca, conocido como «La Granja», principalmente enfermos de diabetes avanzada, insuficiencia renal, tuberculosis y cáncer.
Los datos confirman denuncias durante el régimen de excepción, en la que reclusos relataron las precarias condiciones vividas dentro de las cárceles por el hacinamiento y las enfermedades infecciosas que padecieron, además de la falta de atención médica. Las enfermedades que más mencionan son escabiosis, tuberculosis y varicela.
Expertos médicos consideran que el hacinamiento es un factor clave para que enfermedades respiratorias se propaguen en la población carcelaria.
La enfermedad afecta a personas con defensas bajas, como los diabéticos, los que padecen de infecciones renales, hepáticas, crónicas o pulmonares.
«Quien diseñó esta estrategia (régimen de excepción) tuvo que haber tomado en cuenta estos factores, planificar y abordar de manera apropiada esto», puntualizó el médico infectólogo Jorge Panameño.
Una muestra de la precariedad que enfrentan los reos y su continuidad se encuentra en el denominado “Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot)”, recién inaugurado, donde, según el diario británico Financial Times, tendrán apenas un espacio de 60 centímetros cuadrados, menos del espacio exigido para un encarcelamiento humanitario.