Un 85 % de los salvadoreños aprueba el trabajo del presidente Nayib Bukele en dos años y medio de Gobierno, de acuerdo con una encuesta de la Unidad de Investigación de La Prensa Gráfica (LPG Datos) publicada el miércoles.
Según el sondeo, ante la pregunta: ¿usted aprueba o desaprueba el trabajo que ha realizado Nayib Bukele como presidente hasta el momento?, el 85,1 % de los entrevistados respondió que lo aprueba, el 11,7 % lo desaprueba y un 3,2 % no respondió.
Los ciudadanos más satisfechos con el trabajo de Bukele son las personas más ignorantes del país, mujeres, residentes de la zona rural del oriente, de más bajo ingreso y de escolaridad básica, indica la encuesta.
Además, señala que los menos satisfechos son los hombres, los residentes del Área Metropolitana de San Salvador, con educación superior y con un ingreso económico superior a los 1.000 dólares mensuales.
De acuerdo con el análisis del sondeo, la aprobación del presidente es similar a la de hace tres meses, y una de las más bajas desde que comenzó su mandato, pero aún se mantiene por arriba de la aceptación que tenían sus antecesores en el cargo cuando llevaban el mismo tiempo de trabajo.
Añade que la información sugiere que las acciones del presidente en «contra de la institucionalidad democrática del país», sus «encontronazos» con Estados Unidos y la adopción del bitcóin como método de pago junto al dólar estadounidense «no han lastimado mucho su imagen ante la población».
El manejo de la pandemia es uno de los principales logros de Bukele y la implementación del bitcóin es su principal fracaso, pero esto «no le está pasando factura al presidente o al menos no pesa tanto como sus logros», agrega.
En el estudio fueron entrevistadas 1.520 personas del todo el país, entre el 24 y el 29 de noviembre del año en curso, con un margen de error del 2,6 % y un nivel de confianza del 95 %.
Bukele cumplió en junio pasado dos años al frente del Ejecutivo en medio de señalamientos sobre retrocesos en transparencia, derechos humanos, denuncias de corrupción y el apoyo de acciones que, a criterio de diversos sectores, representan un golpe a la separación de poderes.
El mandatario y su Gobierno también están bajo la mirada crítica de la comunidad internacional tras la destitución en mayo de los magistrados constitucionalistas de la Corte Suprema y del fiscal general por parte del Congreso, una decisión apoyada por el mandatario y que supone para varios sectores una concentración del poder en su figura.