El Vaticano anunció un cambio hacia la movilidad sostenible con planes de reemplazar su flota actual de automóviles por vehículos eléctricos. Su objetivo es reducir la huella de carbono y alinearse con los valores de cuidado de la creación promovidos por el Papa Francisco.
Es que el Estado de la Ciudad del Vaticano se ha comprometido desde hace muchos años a promover el desarrollo sostenible a través de políticas ecológicas para salvaguardar el medio ambiente. Por ello, la Gobernación ha puesto en marcha un programa de desarrollo de la movilidad sostenible denominado “Conversión Ecológica 2030″ diseñado también para reducir la huella de CO2 de su flota de vehículos.
El Grupo Volkswagen, que aspira a convertirse en una empresa libre de emisiones de carbono en 2050 y reducir un 30% la huella de carbono de sus vehículos en 2030, es el primer socio estratégico del proyecto de renovación del parque automovilístico del Estado de la Ciudad del Vaticano con las marcas Volkswagen y Škoda.
De hecho, recientemente se firmó un acuerdo de asociación con el Grupo Volkswagen, como parte del programa de desarrollo de la movilidad sostenible, que representa uno de los pasos que ha tomado la Gobernación de Vaticano para reducir concretamente el impacto de la actividad humana en el medio ambiente.
Estado de la Ciudad del Vaticano se asoció con el Grupo Volkswagen para el programa de desarrollo de la movilidad sostenible denominado Conversión Ecológica 2030. (Estado de la Ciudad del Vaticano)
La Gobernación recordó que “se encuentra entre los primeros Estados del mundo que persiguen proyectos de sostenibilidad buscando soluciones innovadoras y sostenibles que contribuyan a cambiar el modo de trabajar cuidando al mismo tiempo la protección de la ‘Casa Común’”.
Y en que en este contexto, se comprometía a la neutralidad climática mediante el uso responsable de los recursos naturales, la puesta en marcha de proyectos de eficiencia energética y la actualización de sus “activos tecnológicos”.
Autos eléctricos de Volkswagen
En su cartera de vehículos eléctricos, Volkswagen ha lanzado modelos bajo su propia marca, como la línea ID, que incluye al VW ID.3, un compacto eléctrico, y al VW ID.4, un SUV que busca competir en uno de los segmentos de más rápido crecimiento del mercado. Estos vehículos están basados en la plataforma modular de propulsión eléctrica (MEB) diseñada específicamente para coches eléctricos, lo que permite una mayor eficiencia en el rendimiento y la optimización del espacio interior.
Además, otras marcas del grupo, como Audi, Porsche y Škoda, también han introducido sus propios vehículos eléctricos, desde lujosos sedanes y deportivos, como el Audi e-tron y el Porsche Taycan, hasta modelos más accesibles como el Škoda Enyaq iV.
El Papa Francisco se ha caracterizado por defender causas ambientales. (Daniel Ibáñez/ACI Prensa)
Los vehículos eléctricos representan una alternativa más limpia y sostenible a los automóviles convencionales de combustión interna y tienen el potencial de contribuir significativamente a la protección del medio ambiente. Al no utilizar combustibles fósiles y no emitir dióxido de carbono (CO2) durante su funcionamiento, los autos eléctricos juegan un papel crucial en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, que son los principales contribuyentes al cambio climático.
Además, al operar sin emisiones de escape, mejoran considerablemente la calidad del aire, especialmente en áreas urbanas congestionadas, beneficiando la salud pública y disminuyendo la incidencia de enfermedades respiratorias relacionadas con la contaminación.
Los eléctricos son más eficientes que sus contrapartes de combustión interna, aprovechando mejor la energía eléctrica y, por tanto, optimizando el uso de los recursos energéticos. La posibilidad de cargar estos vehículos con electricidad de fuentes renovablesaumenta aún más su perfil ambientalmente amigable, reduciendo la dependencia de energías no renovables y disminuyendo la huella de carbono global.
Aun así, es vital considerar aspectos como la producción sostenible y el reciclaje de componentes, en especial, las baterías, para garantizar un ciclo de vida respetuoso con el entorno y maximizar su aporte ecológico.