A un año de asumir al frente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), su presidente, Ilan Goldfajn, presentó el balance de su gestión 2023 ante el directorio de la institución en el que destaca avances significativos en varios frentes, pero señaló también que la institución aún enfrenta desafíos importantes para cumplir con su misión en los próximos años.
“El título del informe es ‘El BID está avanzando a todo vapor’ y esa es la percepción que tengo”, dijo Goldfajn este jueves a la prensa, al hacer un balance de 2023 y proyectar los desafíos de la institución para el año próximo. “Tenemos un ojo muy claro. Sabemos que hay mucho más trabajo por delante no sólo para el BID sino para la región”, dijo.
En ese sentido, Goldfajn cree que antes de empezar a hablar de una nueva capitalización del banco, tal como propuso Estados Unidos, primero la institución debe mejorar los resultados de sus proyectos.
Janet Yellen (REUTERS/Shannon Stapleton)
La secretaria del Tesoro de EEUU, Janet Yellen, anunció en noviembre la intención de capitalizar al BID durante un foro organizado por el banco durante la primera cumbre de la Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas (APEP). Pero para hacerlo se necesita también el acuerdo del resto de los socios.
“Estamos haciendo una propuesta muy importante para aumentar el capital del BID Invest (la pata privada del banco). Eso es muy importante. Para el BID público nos estamos embarcando en plan de desarrollo muy importante, de impacto. Tenemos que mostrar los resultados de que cualquier cosa que hagamos tiene un resultado muy efectivo, así que creo que eso lo necesitamos primero”, dijo.
Aseguró que ya las cifras de efectividad están aumentando y que luego sí se podrá discutir una nueva capitalización, cuando el banco siga mejorando su funcionamiento.
El triple desafío de la región
Trabajar para reducir la pobreza y la desigualdad es una de las misiones del BID
Goldfajn volvió a reafirmar lo que entiende son los tres desafíos que tienen América Latina y el Caribe: lidiar con la “impaciencia” y las “demandas sociales”, restricciones fiscales en casi todos los países, sumada a una baja productividad y por tanto un crecimiento muy bajo.
Para poder abordar esos desafíos, en el documento también se reconoce que la institución debe redoblar esfuerzos para elevar su eficiencia e impacto, movilizar más recursos del sector privado, fortalecer las sinergias al interior del Grupo BID, y generar incentivos para una mayor efectividad en el desarrollo, entre otros frentes.
“El triple desafío lo tenemos muy claro. Por un lado, hay más impaciencia y demanda por resolver los problemas sociales, desde la pobreza hasta la desigualdad pasando por tener mejores servicios públicos”, dijo Goldfajn.
En segundo lugar, el otro problema son las restricciones fiscales y la deuda alta que tienen los países, así como los límites de cuánto pueden gastar. “El último desafío es que no hay suficiente productividad y crecimiento en la región”, agregó el presidente del BID.
La estrategia para los desafíos
Las prioridades para el banco, dado ese diagnóstico, serán bajar la pobreza y la desigualdad, medidas para fomentar el crecimiento de una región que está estancada y planes para afrontar el cambio climático.
Goldfajn cree que pese a esos desafíos la región está en un “punto de inflexión” ya que, si trabaja en la dirección adecuada, puede haber soluciones a muchos de los problemas que tiene el subcontinente.
En primer lugar a la crisis de seguridad alimentaria, donde América del Sur puede ser un enorme proveedor de alimentos si se invierte de manera adecuada. En segundo lugar en la transición hacia energías limpias, algo que Europa necesita de manera urgente en un contexto geopolítico muy turbulento. América Latina puede aportar, según el presidente del BID, mucho en ese aspecto en temas como por ejemplo el hidrógeno verde, litio y gas natural.
Por último, la región también puede sumarse en la lucha contra el cambio climático, no solo reduciendo las emisiones sino también con la reforestación.
En ese sentido el BID tiene entre sus prioridades el plan ‘Amazonas por siempre’, que implica inversiones en los diferentes países de la región. Otro de sus planes estrellas en este aspecto está enfocado en el Caribe, para ayudar a los países de esa región que son los más afectados por el cambio climático.