El Salvador volverá a las cifras históricas de crecimiento del producto interno bruto (PIB), según las últimas proyecciones que hizo el Banco Mundial (BM).
El Organismo Multilateral en su informe actualizado de Perspectivas Económicas Globales, rebajó la previsión de crecimiento global hasta el 2.9 %, es decir 1.2 % menos respecto a lo proyectado en enero, cuando la situó en el 4.1 %.
Esta disminución de las previsiones de crecimiento del BM se da, principalmente, por los efectos de los más de 100 días de la invasión a Ucrania, que ha impactado a la economía global con un aumento del precio de las materias primas, más problemas en la cadena de suministros y una mayor incertidumbre.
Para Centroamérica, el crecimiento se desacelerará al 2.5 % este año, después de un desempeño del 6.7 % en 2021.
«El crecimiento se desacelerará aún más en 2023, a solo un 1.9 %, antes de repuntar ligeramente a un 2.4 % en 2024. La desaceleración regional refleja el endurecimiento de la situación financiera, el debilitamiento del crecimiento de la demanda externa, la rápida inflación y la gran incertidumbre en materia de políticas en algunos países», recalcó el BM en un comunicado.
El Salvador no se escapó de esta reducción, e igualmente la proyección es 1.3 % más baja de la que había hecho el BM a inicios del año, situando el pronóstico de crecimiento de la economía en 2.7 %, la tasa más baja del istmo centroamericano. La proyección para El Salvador es 0.2 % más abajo que la de Nicaragua, 0.4 puntos abajo que la de Honduras, 0.7 % menor a la de Costa Rica y Guatemala, y está a 3.6 puntos de la tasa de crecimiento proyectada para Panamá.
Para 2023, la tasa de proyección del crecimiento de la economía salvadoreña es aún menor: 1.9 % y para 2024 se mantiene en 2.0 %, según el documento.
El economista, Luis Membreño, explica que «El Salvador vuelve a su trayectoria anterior de crecimiento. Antes de la pandemia estaba creciendo a 2.5 % y ahora la proyección que era de 4 % es de 2.7%; y probablemente va a ser menor (a futuro), vamos a ver qué pasa en octubre. El Salvador va tendiendo a su crecimiento tradicional del 2 % y es lo que se esperaba que sucediera en los próximos años, no en este», explica.
En abril pasado, el Banco Central de Reserva (BCR) proyectó que la economía salvadoreña crecerá este año un 3.2 %, abajo del pronóstico de enero que era de 4 %.
El efecto rebote
La economía salvadoreña tuvo una fuerte caída a causa de la recesión global provocada por la pandemia del covid-19; el PIB retrocedió un 7. 9 % en 2020, el año pasado todo apuntaba a que iba a existir un efecto rebote en la economía.
Es decir, después de una fuerte caída, todo iba a subir con fuerza. Así en 2021, según datos oficiales, la economía local creció un 10.3 %.
Según el presidente del BCR, Douglas Rodríguez, el país «logró recuperar, e incluso superar, los niveles de producción previo al inicio de la pandemia».
Pero los economistas no están de acuerdo con esta aseveración.
«El Salvador sigue siendo lo mismo de antes… por eso vanagloriarse de un crecimiento de 10 % el año pasado, cuando se había caído un 8 % el año anterior no era lo correcto; sino era entender que la economía había crecido un 1 % en los dos años», recalca Membreño.
El economista explica que el efecto rebote es efecto de una vez, y luego los países vuelven a su potencial de crecimiento de largo plazo y en el caso de El Salvador es de 2 %.
En la última rebaja a la calificación crediticia del país a CCC+ de parte de S&P, la calificadora señalaba que en la nota del país había incorpora las debilidades institucionales, que eran: «la dificultad de larga data para predecir respuestas políticas futuras en medio de controles y equilibrios deficientes, un PIB per cápita bajo de $4,800 y un crecimiento del PIB moderado debido a una inversión persistentemente baja».
La Inversión Extranjera Directa, solo representó el 1 % del PIB en 2021.
Otro de los aspectos que hay que monitorear según los analistas es la alta inflación.
La CEPAL advirtió el lunes que los altos precios, principalmente de los alimentos afectarán a los más pobres. En el caso salvadoreño la inflación está actualmente a las tasas más altas de los últimos 30 años y la inflación de alimentos y bebidas cerró el mes de abril en 10.89 %.
Con información de El Economista