Con la obligación de ganar para descontarle puntos al Barcelona en la cima de la Liga, el Real Madrid se presentó en el San Mamés para enfrentar al Athletic de Bilbao, un equipo que atraviesa un pésimo momento y busca escapar de los puestos del descenso.
A pesar de la diferencia jerárquica entre los intérpretes, el que tuvo más trabajo en las primeras instancias del duelo fue Keylor Navas. El arquero de Costa Rica debió intervenir en tres ocasiones para evitar la caída de su equipo ante los intentos de Iñaki Williams, Aduriz y Susaeta.
El único método que empleó el Merengue para romper el cero fue el laboratorio de Zidane. A través de la pelota parada, el conjunto de la Casa Blanca puso en escena el trabajo realizado en la semana, pero la falta de profundidad y el sacrificio de la última línea vasca mantuvo el marcador intacto.
En el complemento no varió la fórmula y la escasez de ideas del combinado capitalino le cedió el protagonismo al dueño de casa. El emotivo cierre del espectáculo entregó a un Real Madrid resignado contra las cuerdas, conformándose con la repartición de puntos. A pesar de evitar la derrota, los de Zizou no lograron descontarle unidades al puntero del certamen que igualó con Celta de Vigo en el Camp Nou.