El próximo 11 de febrero, el papa Francisco encabezará en Roma, a las 9 de la mañana (hora local, las 4am en Argentina), la ceremonia de canonización de la beata argentina María Antonia de Paz y Figueroa, conocida popularmente como Mama Antula. Si bien el Vaticano había confirmado la fecha del evento, restaba conocerse el lugar del mismo, que será finalmente en la Santa Sede.
La información fue brindada por Enrique Martínez Ossola, obispo auxiliar de la Diócesis de Santiago del Estero, provincia natal de Mama Antula, durante un encuentro con el gobernador Gerardo Zamora. “Será el 11 de febrero en Roma. Seguramente habrá vigilias por el horario que se vienen preparando, tanto en Capital como en La Banda y en distintas parroquias locales. Nos da un orgullo que esta mujer, que andaba descalza y caminando, sin medios técnicos pudo evangelizar e incursó y estuvo en los ejercicios espirituales en la Revolución de Mayo, eso son los detalles de la historia que marca la presencia de Dios”, dijo Martínez Ossola luego de reunirse con el mandatario provincial.
Gerardo Zamora con el obispo Ossola. Tras el encuentro, el religioso informó el lugar y la hora de la ceremonia de canonización de Mama Antula
A fines de octubre pasado, el Vaticano había publicado un decreto comunicando que aprobaba un milagro de Mama Antula, allanando el camino para su beatificación. “Durante la audiencia concedida a su eminencia reverendísima el Sr. Cardenal Marcello Semeraro, prefecto del dicasterio de las causas de los santos, el Sumo Pontífice ha autorizado al mismo dicasterio a promulgar el decreto relativo al milagro atribuido a la intercesión de la beata María Antonia de San José (Antonia de Paz y Figueroa), conocida como Mama Antula, fundadora de la Casa de Ejercicios Espirituales de Buenos Aires; nacida en 1730 en Silípica, en Santiago del Estero (Argentina) fallecida el 7 de marzo de 1799 en Buenos Aires (Argentina)”, rezaba el decreto papal.
La beata santiagueña ya había sido beatificada en 2016 durante una multitudinaria misa celebrada en su tierra natal, luego de que el Sumo Pontífice aprobara la publicación de un milagro por la sanación de una religiosa de las Hijas del Divino Salvador.
Su vida y el milagro
Mama Antula (1730-1799) fue una laica que llevó a cabo una ardua labor espiritual y social en Argentina, fundando en 1795 la Santa Casa de Ejercicios Espirituales en Buenos Aires, actualmente un monumento histórico del país.
Su peregrinar comenzó en 1767, cuando el rey Carlos III ordenó disolver la Compañía de Jesús y expulsó a sus integrantes de todos los territorios de la corona española. María Antonia, entonces de 36 años y que se consideraba hija espiritual de la Compañía de Jesús, decidió seguir llevando la palabra de Dios por toda la colonia a través de los ejercicios espirituales creados por San Ignacio.
Su meta era llevar a Dios a donde no lo conocían. Así recorrió las provincias de Catamarca, La Rioja, Jujuy, Salta y Tucumán. Caminó miles de kilómetros descalza por todo el virreinato para preservar el legado jesuítico desafiando la prohibición. En apenas ocho años, consiguió ofrecer los ejercicios espirituales a setenta mil personas.
Mama Antula nació en Santiago del Estero en 1730
Su método consistía en llegar a un pueblo, presentar los permisos ante las autoridades y dictar un curso de diez días de duración ante cualquier interesado, sin importar el escalafón social. Llegó a Buenos Aires en septiembre de 1779. El Virrey y el Obispo le negaron el permiso para dictar los cursos de ejercicios, pero cuando éstos empezaron a proliferar, llegando a muchos fieles, el Obispo cambió de opinión. Mama Antula inició poco después la construcción de la Santa Casa de Ejercicios Espirituales, que todavía existe, en la avenida Independencia 1190. La mayoría de los próceres de Mayo y de la Independencia, y otras personalidades de la época, pasaron por la Casa de Ejercicios construida por María Antonia de Paz y Figueroa: Manuel Belgrano, Miguel de Azcuénaga, Cornelio Saavedra, Juan José Castelli, Mariano Moreno, y hasta el Virrey Santiago de Liniers. Más tarde Rosas y su hija Manuelita, Alberdi y Mitre, entre muchos otros.
En paralelo, Mama Antula mantenía correspondencia con los padres jesuitas exiliados en diferentes partes del mundo. Murió once años antes de la Revolución de Mayo, pero su influencia espiritual en los años previos a ese hito es indudable porque su Casa de Ejercicios fue una institución esencial en la sociedad de la época.
Mama Antula murió el 7 de marzo de 1799 a los 69 años. Está sepultada en la Basílica de Nuestra Señora de la Merced de la calle Bartolomé Mitre de Buenos Aires. A su muerte se calcula que entre setenta y ochenta mil personas se habían beneficiado de la experiencia de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola.
El milagro que le valió la canonización tiene como protagonista a Claudio Perusini, cuya historia personal resulta extraordinaria debido a los lazos que lo unen a las personas involucradas. En primer lugar, el protagonista es un ex alumno del Papa. Y no se trata de un alumno más, ya que con el tiempo pasó a ser un gran amigo del actual Sumo Pontífice.
El primer encuentro entre ambos tuvo lugar en Santa Fe, cuando Perusini acompañó a un sacerdote hasta esa ciudad. Jorge Bergoglio, que por entonces era superior de los jesuitas, los recibió a todos con mucha cordialidad y los invitó a comer a su casa. Perusini aún conserva en su retina el recuerdo del futuro Sumo Pontífice cocinando para el grupo una tortilla de papa.
A partir de ese episodio imborrable, Claudio decidió entrar en el Seminario de la Compañía de Jesús. En los primeros años del noviciado, a fines de los años setenta, era el cocinero. Él recuerda que todos los sábados y domingos el profesor Bergoglio lo ayudaba a cocinar, esa era una pasión que los unía. Bergoglio era, además, su confesor y director espiritual. Sin embargo, la relación entre los dos no fue fácil: tenían discusiones que llegaban hasta la pelea, con un lenguaje un poco subido de tono. Todo eso ocurría porque Claudio quería ser sacerdote, pero Bergoglio no veía en él los atributos necesarios. De hecho, le decía: “No sos para esto. Tenés que ser feliz. Y acá no lo vas a ser”. Se peleaban porque Perusini insistía y quería seguir adelante. Entonces Bergoglio lo palmeaba y le decía: “Andate. Yo te voy a bautizar a los chicos”. Jorge Bergoglio le marcó el camino y Claudio tomó su propia decisión: se fue a un lugar de la Patagonia, se casó con María Laura y tuvieron dos hijos.
El Papa canonizará a Mama Antula el próximo 11 de febrero en Roma
Durante 2017, mientras Claudio se encontraba en Santa Fe por una cuestión familiar, tuvo un accidente cerebrovascular que lo dejó en estado vegetativo. Podía permanecer así el resto de su vida o morir. Para los médicos, no existía una tercera posibilidad. Pero un amigo jesuita llevó a la clínica una estampita de Mama Antula y empezó a rezarle pidiendo un milagro. De repente, su condición se revirtió, y Claudio recuperó todas sus funciones vitales. Esta sanación que no tiene explicación médica fue considerada un posible milagro.
El 13 de abril de 2018, en Santa Fe, monseñor Arancedo les tomó juramento a las personas designadas para llevar adelante la investigación canónica de esta curación y el 18 de diciembre se cerró el proceso con una misa de Acción de Gracias. Los sobres lacrados con los documentos del supuesto milagro fueron enviados a Roma para la evaluación de la Junta Médica y de la Comisión para las Causas de los Santos.