La Asamblea Nacional de Venezuela, parlamento controlado por la oposición y cuestionado por el régimen chavista de Nicolás Maduro, denunció el martes que el misterioso Boeing 777 de la aerolínea rusa Nordwind que arribó secretamente al aeropuerto internacional de Caracas tiene como fin llevarse 20 toneladas de oro de las reservas del Banco Central de Venezuela (BCV).
“Nos llega información de funcionarios del BCV: llegó un avión desde Moscú, en el cual se pretende extraer al menos 20 toneladas de oro. Exigimos al BCV detalles de lo que está pasando. Ese oro no es de Calixto Ortega, es del pueblo venezolano», dice el tuit publicado desde la cuenta oficial de la Asamblea Nacional y firmado por el diputado José Guerra, quien tiene amplia experiencia trabajando en el BCV.
El propio Guerra lanzó un segundo tuit al respecto: “Quiero dejar explícito que el BCV está facultado para hacer operaciones con oro: vender, pignorar o hacer swaps. Pero el país tiene derecho a saber de qué tipo de transacción se trata para evaluar si es conveniente para el país”.
Las 20 toneladas de oro, valuadas en 840 millones de dólares, corresponden al 20% del total de reservas del país sudamericano, de acuerdo al periódico británico The Telegraph. Aunque no se conoce el presunto destino de estos valores, se sabe que Venezuela debe unos 3.000 millones de dólares a Rusia.
El Boeing 777 voló por primera vez en 1994 y es uno de los aviones más capaces del fabricante estadounidense. Puede transportar una carga superior a las 70 toneladas, a una velocidad de crucero de 892 kilómetros por hora a una altura máxima de 13.000 metros, con una autonomía de entre 9.700 y 15.000 kilómetros.
La acusación sobre su rol en el traslado de oro intenta disipar las sombras y la ola de especulaciones que surgieron luego de que el avión de Nordwind, matrícula VP-BJG, llegara el martes a Caracas en un vuelo chárter desde Moscú, donde la aerolínea, que no se ha pronunciado al respecto, tiene su sede. La compañía no cubre destinos a Venezuela y medios rusos reportaron que la nave en cuestión arribó sin pasajeros y con doble tripulación, para así poder despegar rápidamente.
En redes sociales y en medios venezolanos se habló del posible retiro de personal ruso apostado en Venezuela o incluso de la salida de altos funcionarios chavistas del país, en el contexto de una fuerte crisis socioeconómica y una enorme agitación luego de que el opositor Juan Guaidó fuera designado presidente interino de Venezuela con el objetivo de llamar a elecciones libres, en desafío al régimen de Maduro.
La situación dividió las aguas en la comunidad internacional, con Estados Unidos, Europa y gran parte de América apoyando a Guaidó, y Rusia, China, Turquía y otros dando su espalda al gobierno chavista.
Moscú, especialmente, ha dado un enorme apoyo a Maduro y ha aumentado en los últimos años sus relaciones comerciales y financieras, incluyendo la venta de armas de últioma generación. En diciembre, incluso, el gobierno de Vladimir Putin manifestó sus intenciones de montar una base aérea en el país sudamericano, durante una visita de bombarderos nucleares Tu-160.
Dmitry Peskov, portavoz del Kremlin, dijo no estar al tanto de ningún traslado de oro a Moscú, mientras que el canciller Serguei Lavrov dijo “no saber nada de eso” y pidió «ser cuidadoso acerca de los chismes que circulan”, de acuerdo a la agencia.