A menos de un mes que el presidente Nayib Bukele asuma el próximo 1 de junio su segundo mandato consecutivo, que logró inconstitucionalmente tras ganar las elecciones presidenciales de febrero pasado y reelegirse, la Economía salvadoreña va de mal en peor.
Bukele, de 42 años y que llegó a la Presidencia en 2019 con la bandera prestada de la Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) y goza de una amplía popularidad debido a su «guerra contra las pandillas» y con la que, por el momento, tiene «controlado» el tema de la seguridad en el país con mano de hierro y apoyado por el servilismo del Ejército y la Policía Nacional Civil.
Sin embargo, a medida que pasa el tiempo sus logros en materia de Seguridad van siendo relegados y el mayor reto ahora para Bukele, en su segundo mandato, es mejorar la economía del país y de los hogares salvadoreños, demandas de la mayoría de la población que aun le respaldan en su deslucida guerra contra las maras.
De acuerdo con un sondeo de opinión del Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop) de la Universidad Centroamericana (UCA), al cierre del año 2023 la población salvadoreña mostró una «importante preocupación» sobre la situación económica.
La preocupación en torno a la delincuencia ha quedado relegada, indican los resultados, ya que apenas un 4 % de la población salvadoreña consideró que esta continúa siendo el principal problema del país.
Mientras, casi 70 de cada 100 salvadoreños opinaron que problemas como la economía (32,8 %), el desempleo (17,3 %), el alto costo de la vida (10,5 %), la pobreza (6,6 %) y el alto costo de los alimentos (2,7 %) constituían el principal problema del país, según los datos.
Por otra parte, la VII Encuesta de Humor Social y Político, desarrollada por la Universidad Francisco Gavidia (UFG) reveló recientemente que un 70 por ciento de la población de El Salvador cree que su situación económica es mala.
La pesquisa muestra que al menos el 68 por ciento de los encuestados sobre las causas de esa situación dijeron que se debe al «aumento del costo de la vida y a que el dinero no les alcanza».
Óscar Picardo, director del Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación (ICTI) de la UFG, puso de manifiesto que para los salvadoreños el principal problema radica en el costo de los alimentos (38 por ciento), seguido del costo de la medicina y los servicios.
El mandatario apostó al bitcóin para mejorar la economía, sin embargo el 88 % de la población no utilizó este criptoactivo en 2023, según las últimas encuestas que han evaluado el tema.
Tampoco se ha hecho efectiva la construcción de una ciudad bitcóin, ni las remesas enviadas por billeteras de criptomonedas han reportado aumento, es más estas tuvieron una caída del 17,6 % en los primeros dos meses del 2024, respecto al mismo lapso de 2023.
Un aumento del salario mínimo es otra demanda, ya que actualmente es de 365 dólares para el sector de industria, comercio y servicios, mientras la canasta básica de alimentos supera los 400 dólares mensuales.
En 2023, los hogares salvadoreños en la zona urbana se empobrecieron más que los de la zona rural, según datos de la Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples (EHPM), elaborada por la estatal Oficina Nacional de Estadísticas y Censos (ONEC).
El 27,2 % de los hogares de todo el país vivía en pobreza el año pasado, 0,57 puntos porcentuales más que el 26,63 % registrado en el 2022. En la zona urbana la tasa incrementó 1,62 puntos respecto a 2022, pasando de 24,88 % a 26,5 %.
Las excusas de que los «30 años» de supuesta corrupción en el pasado, o el entorpecimiento de su trabajo por parte de la oposición son ya inexistentes. Bukele seguirá contando con el respaldo legislativo, ya que el Congreso es dominado por su partido, el oficialista Nuevas Ideas (NI), que cuenta a partir del 1 de mayo con 54 diputados de 60 en total. Además controla el Ministerio Público (Fiscalía), todas las Procuradurias, la Corte Suprema de Justicia y todo el Poder Judicial, el Ejército y la Policía y hasta la Corte de Cuentas de la República. Tiene el poder absoluto en El Salvador….y ahora, la responsabilidad absoluta de que las cosas salgan bien, no solo para su familia y amigos, sino para toda la población que le ha brindado «carte blanche» para gobernar con autorarismo y un corte dictatorial.
El mandatario aseguró en la red social X en enero pasado que «no busca» una «reelección indefinida», ya que «no tenemos la figura del plebiscito, ni de referéndum, ni tampoco de la reelección indefinida».
«Solo estoy autorizado para correr por un segundo período», dijo.
No obstante, una reforma a un artículo de la Constitución aprobada el lunes por el órgano Legislativo, de manera ilegal por estar fuera de tiempo, abre las puertas a cambios en la Carta Magna para «favorecer» a Bukele y permitirle «perpetuarse» en el poder junto con su partido, su familia, socios y amigos.