El secretario de Estado Rex Tillerson aseguró el jueves que Estados Unidos quiere a mejorar la seguridad y la economía de los países del Triángulo Norte, en momentos en que el gobierno de Donald Trump busca reducir la asistencia financiera que durante años apuntó a contener la violencia en Centroamérica.
Frente a los presidentes de Guatemala y Honduras y el vicemandatario de El Salvador, Tillerson expresó que mejorar las economías de esos países incrementará la seguridad en todo el Hemisferio Occidental y advirtió que Estados Unidos busca reforzar la frontera para “fortalecer la seguridad nacional”.
“Una Centroamérica más próspera y segura ayudará mucho a frenar la migración ilegal y peligrosa, derrotar a los carteles de la droga transnacionales y las pandillas y terminar la corrupción”, expresó Tillerson. “Lo que pasa en los países del Triángulo Norte… afecta directamente la seguridad y los intereses económicos de Estados Unidos y otros países de la región”, agregó.
Tillerson efectuó sus declaraciones al inaugurar dos días de reuniones de líderes de Estados Unidos, México y los países del Triángulo Norte en la Conferencia sobre Prosperidad y Seguridad en Centroamérica que se realiza en Miami.
Los líderes de los tres países centroamericanos dijeron que comparten con Estados Unidos el interés en reducir la inmigración ilegal y el narcotráfico pero necesitan ayuda.
Cada uno a su turno sostuvo que sus países trabajan para mejorar la economía, combatir la violencia y el narcotráfico y generar un Estado de derecho con certeza legal.
“Si estamos juntos estamos más fuertes… tenemos más opciones y vamos a ser más interesantes para otros países”, expresó el vicepresidente salvadoreño Oscar Ortiz.
La conferencia, organizada de manera conjunta por Estados Unidos y México, se lleva a cabo en momentos en que el gobierno de Trump impulsa importantes recortes en los fondos de asistencia a Centroamérica. Los 468 millones de dólares propuestos en el presupuesto para la región para el año fiscal 2018 incluyen un recorte de 28 por ciento respecto de los 665 millones para 2017.
Asimismo, el gobierno estadounidense ha endurecido su retórica sobre los migrantes centroamericanos que llegan a través de la frontera y los que viven en Estados Unidos y ha expresado que podría no renovar el Estatus de Protección Temporal que protege a unos 260 mil salvadoreños, 86 mil hondureños y 5 mil nicaragüenses, más conocido como TPS, lo que ha causado preocupación en la comunidad inmigrante centroamericana.
Además de los mandatarios de Guatemala, Jimmy Morales; de Honduras, Juan Orlando Hernández, y el vicepresidente de El Salvador también participan de la reunión el vicepresidente Mike Pence, el secretario de Seguridad Interna John Kelly y el secretario del Tesoro Steven Mnuchin de Estados Unidos. Por parte de México asisten el secretario de Relaciones Exteriores Luis Videgaray y el secretario de Hacienda y Crédito Público José Antonio Meade Kuribreña.
Cada uno de los líderes centroamericanos tendrá un encuentro bilateral con Pence.
El presidente de Guatemala dijo que la migración irregular contribuye a la salida de profesionales de su país y divide a las familias y manifestó que la alta criminalidad es causada en parte por el uso de su país como un lugar de tránsito de las drogas que van a Estados Unidos y Europa. Advirtió que necesita ayuda financiera y tecnológica para enfrentar esos temas.
Algunas organizaciones no gubernamentales han expresado su preocupación porque Estados Unidos estaría desviando su asistencia financiera a un enfoque más militarizado y focalizado en temas de seguridad y narcotráfico, apartándose del que admitía la necesidad de reducir y prevenir la violencia, fortalecer las instituciones y combatir la corrupción. También manifestaron su malestar porque no fue incluido en la agenda el tema de los derechos humanos.
Tras recordar la crisis humanitaria de 2014, cuando miles de menores centroamericanos no acompañados llegaron a la frontera con Estados Unidos, el presidente Hernández dijo que los países habían acudido a la conferencia para afianzar la seguridad e impulsar la generación de empleos y el fortalecimiento de los gobiernos.
“Todos los países tenemos una responsabilidad compartida, aunque diferente”, manifestó el mandatario.
La conferencia comenzó un día después de que el Banco Americano de Desarrollo y los gobiernos de El Salvador, Guatemala y Honduras anunciaran una iniciativa de hasta 750 millones de dólares para apalancar en los próximos cinco años otros mil 750 millones de dólares en los países del Triángulo Norte.