Nuevo escándalo sexual. Ahora el salpicado es el Real Madrid. La Guardia Civil ha detuvo la mañana del jueves en la propia ciudad deportiva de Valdebebas a tres canteranos del club blanco, dos futbolistas del Real Madrid C y uno del filial, por su presunta participación en la difusión de un vídeo de contenido sexual con una menor de 16 años. Además, se investiga a un cuarto canterano del equipo C por el mismo delito, el de revelación de secretos de índole sexual, según informaron fuentes de la investigación a Infobae España.
Los hechos tuvieron lugar a mediados de junio en la localidad de Mogán (Gran Canaria), donde al parecer uno de los futbolistas mantuvo un encuentro sexual consentido con una menor y realizó grabaciones. La víctima se enteró de que las imágenes habían sido difundidas sin su permiso a través de la aplicación de mensajería instantánea WhatsApp en chats con otros futbolistas. El pasado 6 de septiembre, la menor informó de lo ocurrido a su madre, que interpuso una denuncia en un cuartel de la Guardia Civil en el municipio de Santa María de Guía.
En consecuencia el Juzgado de Primera Instancia número 3 de San Bartolomé de Tirajana ordenó a la Guardia Civil que pusiera a disposición judicial a los presuntos implicados, a los que se les han requisado los teléfonos móviles y quedaron en libertad.
Tras conocerse la noticia adelantada por El Confidencial, el Real Madrid ha emitido un comunicado oficial en el que señala que el club “ha tenido conocimiento de que un jugador del Castilla (el filial) y tres jugadores del Real Madrid C han prestado declaración ante la Guardia Civil por la supuesta difusión de un vídeo privado de WhatsApp”. Además, el Real Madrid indica que “cuando el club tenga conocimiento detallado de los hechos, adoptará las medidas oportunas”.
Se desconoce la identidad
Por el momento se desconoce la identidad de los jugadores detenidos. Según el diario El País, uno de los detenidos es el autor de la grabación, mientras que los otros dos jugadores arrestados son los compañeros de equipo a los que envió el vídeo y que, posteriormente, lo difundieron. Los agentes habrían requisado los teléfonos móviles de los futbolistas para conocer el alcance de la difusión de las imágenes y dilucidar si hubiera más personas implicadas.