El rápido avance de contagios de COVID-19 y hospitalizaciones en Costa Rica obligarán al Gobierno a cerrar durante una semana los establecimientos no esenciales en la región central del país, dijeron el jueves autoridades de salud.
La nueva medida afectará entre el 3 y 9 de mayo a restaurantes, bares, iglesias, tiendas departamentales, estéticas y gimnasios en 45 municipios del centro del país, donde habita casi la mitad de la población costarricense, pues ahí se registra el 68% de nuevos contagios.
«Ya hay listas de espera para entrar a cuidados intensivos», explicó el ministro de Salud, Daniel Salas, tras dar a conocer una nueva cifra máxima de contagios en un solo día de 2.781 personas diagnosticadas, con la previsión de que la situación se agrave en los próximos días.
Autoridades mantienen el curso lectivo presencial, pero retomaron la restricción de tránsito vehicular por placas entre semana, que se suma a una vigente de fines de semana, con el objetivo de reducir la movilidad. «En momentos de tantísimo contagio, cualquier movilización es riesgosa, como nunca antes», agregó Salas en conferencia de prensa.
El acumulado de contagios es de casi 249.000 mientras los fallecidos suman 3.200. «La situación será más grave. Estamos en una situación sin precedentes y mucha gente va a morir», dijo.
Hasta el jueves se había vacunado al 10,5% de la población, con énfasis en las personas de más de 58 años, según cifras de la Caja del Seguro Social, a cargo de atención de hospitales y de aplicación de las dosis.
Costa Rica ha recibido desde el 23 de diciembre 1.257.855 vacunas contra Covid-19, la mayoría correspondientes a un contrato con la empresa Pfizer y 43.000 de AstraZeneca suministradas mediante el mecanismo COVAX de la OMS.