La fórmula Messi-Mbappé fue demasiado para el Marsella. Dos del francés, ambos con asistencias del argentino, y uno del crack rosarino tras pase de lujo del astro francés, PSG goleó por 3 a 0 a su escolta y le sacó ocho puntos de ventaja en la cima de las posiciones de la Ligue 1.
Le Classique tuvo como figuras excluyentes a dos de las estrellas que mañana irán por el premio mayor en The Best. A fuerza de goles, Messi y Mbappé se encargaron de apagar por completo el clima áspero que había recibido a PSG en el Velodrome de Marsella.
Messi alcanzó la increíble marca de 700 goles a nivel clubes. A su vez, Mbappé llegó a los 200 tantos con la camiseta del PSG y se convirtió en el máximo goleador de la historia del club. Igualó la cantidad de gritos del uruguayo Edison Cavani.
El quiebre del partido se dio a los 25 minutos, cuando la Pulga tuvo metros para conducir y sirvió a un Kylian Mbappé que tiró la diagonal y remató cruzado, ya cuando asoma en el horizonte el desafío de los octavos de final de la Champions League contra Bayern Múnich (ganó 1-0 en París).
Después invirtieron roles y Messi empujó la pelota a la red para el 2-0 tras un centro por lo bajo desde la izquierda, apenas cuatro minutos más tarde. Un tanto que significó el número 700 a nivel clubes, todo un hito.
El PSG no se fue al descanso con una goleada de escándalo por una cuestión de pegada. Toda la que demostró antes desapareció después, en una ocasión de Messi que es gol siempre, menos este domingo; con otra acción de Mbappé que rozó el 0-3 (luego de un magistral pase del argentino), con una más de Marquinhos, como si fuera un delantero, con una superioridad absoluta a la que fue incapaz de rebelarse el Olympique de Marsella, ni con un tiro libre frontal de Alexis Sánchez repelido por Gianluigi Donnarumma, una muralla.
Ya en el segundo tiempo, el rosarino volvió a asistir a Mbappé que alcanzó al uruguayo Edinson Cavani como máximo goleador de PSG con 200 dianas. Todo gracias a un zurdazo de primera, fuera del alcance de Pau López.
El destino del partido ya estaba escrito. Quizá también, salvo sorpresa, el de la Ligue 1 a falta de 13 fechas, una misión hoy aparentemente imposible para el Olympique de Marsella, que había sufrido solo una derrota en las últimas 12 jornadas, que había ganado 10 de esos encuentros y que se había ilusionado con la ocasión de ser campeón más de una década después (no gana el campeonato desde 2009-10) hasta que se cruzó con el París Saint Germain.
Dio igual la prometedora puesta en escena del Marsella. Nada importó que Nuno Tavares dispusiera de dos oportunidades que alertaron a la visita, que perdió en el minuto 13 a Presnel Kimpembe por una lesión con mala pinta, retirado en camilla, con las manos en la cara, a la espera de los exámenes para determinar el alcance de la dolencia, que apunta al Tendón de Aquiles. Después apareció por el banco de suplentes, con muletas, para ver la exhibición de Messi y Mbappé, finalistas del premio que otorga la FIFA junto a Karim Benzema.