Uno de los mandatarios más populares de América Latina parece haberle declarado la guerra a uno de los medios de comunicación más prestigiosos de la región.
Y los «ataques» del presidente salvadoreño Nayib Bukele en contra del portal digital local El Faro han hecho sonar campanadas de alerta en todo el continente.
«La Fundación Gabo me envió una carta firmada por más de 500 periodistas y escritores alarmados por los ataques de Nayib Bukele a la prensa en El Salvador», informó la semana pasada el relator especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Edison Lanza.
«Denuncian retaliación a El Faro por su investigación sobre negociación gobierno-maras. Vamos a dar seguimiento», detalló Lanza vía Twitter.
Ya antes organizaciones gremiales y de defensa de la libertad de prensa y los derechos humanos, como la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Artículo 19 y el Comité para la Protección de Periodistas, entre muchas otras, también habían hecho sonar la alerta.
Y en una rara muestra de consenso entre demócratas y republicanos en Washington, congresistas de ambos partidos ya le habían escrito a Bukele para manifestarle su preocupación por lo que está ocurriendo en el país centroamericano.
«El periodismo de primera calidad de El Faro es respetado no solo en El Salvador sino por la comunidad internacional», le recordaron los congresistas y senadores demócratas a Bukele.
«Su credibilidad ha sido atacada por su gobierno a través de artículos anónimos en medios administrados por su gobierno. Adicionalmente, nos preocupa enormemente la agresiva auditoría que su Ministerio de Finanzas está haciendo de las cuentas de El Faro en lo que parece ser un esfuerzo por intimidarlo«, se lee en la misiva.
Patrón recurrente
Esto, sin embargo, no evitó que el pasado 25 de septiembre Bukele utilizara una cadena nacional de radio y televisión para volver a arremeter contra varios medios independientes e informar que El Faro estaba siendo objeto de una investigación «por evasión de impuestos y lavado de dinero».
«Algunos periodistas dicen que este gobierno ataca a la prensa; nosotros estamos comprometidos con la libertad de expresión, pero algunos pasan publicando una sarta de mentiras y lo que nosotros hacemos es desmentirlos. Eso no es violar la libertad», dijo también el mandatario durante la comparecencia.
«¿Quiere decir que cualquier lavador de dinero, narcotraficante o evasor fiscal, solo tiene que poner un periódico y entonces ya nadie puede investigarlo?», preguntó por Twitter al día siguiente, cuando la investigación ya había sido denunciada por muchos como un nuevo ataque en contra del periodismo.
Para Natalie Southwick, coordinadora del Programa para Centro y Sudamérica del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), hay sin embargo muchos elementos que sugieren que eso no es lo que está ocurriendo en el caso de El Faro.
«Es potestad de un gobierno realizar auditorías. Pero cuando tienes a un presidente anunciando investigaciones dudosas sin previo aviso en una conferencia de prensa, y siempre está atacando a los mismos periodistas y a los mismos medios, hay razones de sobra para preocuparse. Como mínimo eso evidencia un patrón de intimidación», le dice a BBC Mundo.
«Desde que Bukele llegó al poder cada vez parece más consciente de las herramientas que puede utilizar como mandatario para tratar de intimidar y acosar a los medios que percibe como críticos y las ha estado empleando cada vez con más frecuencia. Y es una táctica que hemos visto utilizar a otros líderes políticos en la región», advierte.
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Con información de BBC