Nayib Bukele se dirigió a los asistentes durante su ceremonia de investidura en el Palacio Nacional y advirtió «medicina amarga» en su intento por enderezar una economía en crisis, luego de cinco años en la presidencia de El Salvador.
«Ya arreglamos lo más urgente que era la seguridad, vamos a enfocarnos de lleno en los problemas importantes, empezando por la economía», dijo Bukele en su discurso desde el balcón del Palacio Nacional, en el centro de San Salvador, ante una multitud de seguidores.
«En este nuevo tratamiento para sanar la economía quizás también haya que tomar medicina amarga (…) el país ya se curó de las pandillas y ahora quiere curarse de la mala economía», advirtió.
Bukele pidió a los salvadoreños «defender a capa y espada» «cada una de las decisiones que se tomen sin titubeos». «Así como lo hicimos con la inseguridad, vamos a hacer a este país próspero», agregó.
Sin adelantar qué medidas tomará, hizo jurar a la multitud defender «incondicionalmente» el «proyecto de nación siguiendo al pie de la letra» y sin quejarse las próximas decisiones.
El Salvador, con casi un tercio de su población en la pobreza, enfrenta una deuda pública de más de 30,000 millones de dólares y una desaceleración del crecimiento del PIB (de 3,5% en 2023 a cerca del 3% proyectado por el FMI para 2024).