El Gobierno del presidente de EE.UU., Joe Biden, está estrechando lazos con el Programa Mundial de Alimentos de la ONU para acabar con el hambre y la inseguridad alimentaria de millones de personas en el Triángulo Norte de Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador).
Así lo explicó este jueves durante una entrevista con Efe Tim Callaghan, el jefe de un «equipo de élite» de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (Usaid) que lleva desde el 6 de abril dedicándose exclusivamente a los asuntos urgentes de la región por orden de Biden.
El mandatario ha dejado claro que quiere atajar las causas que llevan a miles de centroamericanos a migrar al norte cada año.
Y, por ello, según Callaghan, su «prioridad principal» es acabar con la inseguridad alimentaria mediante la colaboración con organizaciones no gubernamentales y con el Programa Mundial de Alimentos, que transfiere dinero en efectivo a aquellas personas que necesitan acceder urgentemente a comida.
Hubo un cierto distanciamiento entre Washington y el Programa Mundial de Alimentos en algunos países del Triángulo Norte durante los últimos años pero ahora Biden quiere remediarlo.
EE.UU. ya había estrechado su colaboración con el Programa Mundial de Alimentos en Honduras tras el azote de los huracanes Eta e Iota en noviembre de 2020 y ahora estudia hacer lo mismo en El Salvador y en Guatemala, indicó Callaghan.
Con ese objetivo, el estadounidense viajó este mes a los países del Triángulo Norte para reunirse entre otros con el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos, David Beasley.
También tuvo encuentros con miembros de organizaciones no gubernamentales, el personal de las embajadas estadounidenses en esas naciones y funcionarios de los tres Gobiernos, incluido el ministro de agricultura de El Salvador, Orestes Ortez.
El objetivo del Programa Mundial de Alimentos, que recibió el Nobel de la Paz en 2020, es ayudar a 2,6 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria en El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Honduras durante este año.
De acuerdo a un estudio publicado por la organización en febrero, el número de personas en esos cuatro países que necesita asistencia alimentaria se ha multiplicado casi por cuatro en los últimos dos años al pasar de 2,2 millones en 2018 a cerca de ocho millones en 2021.
El Programa Mundial de Alimentos atribuye parte de ese incremento al impacto de los huracanes Eta e Iota y también a los efectos económicos de la pandemia.
EE.UU. anunció esta semana un nuevo paquete de ayuda de 310 millones de dólares para el Triángulo Norte, de los que 125 millones irán a Usaid. La mayor parte de esos fondos se destinarán a ayuda alimentaria, especificó Callaghan.
El «grupo de elite» que lidera el estadounidense, conocido oficialmente como Equipo de Respuesta de Asistencia para Desastres o DART, está compuesto actualmente por 35 expertos desplegados en Honduras, El Salvador y Guatemala.