Las fuerzas de seguridad de Guatemala han capturado y repatriado en las últimas semanas al menos a 25 miembros de pandillas que presuntamente huyeron de la vecina El Salvador, donde el presidente Nayib Bukele anunció una «guerra» contra estas agrupaciones, informó este miércoles una fuente oficial.
«Hemos reaccionado a tiempo, hemos capturado a más de 25 pandilleros salvadoreños debidamente identificados como pandilleros y como salvadoreños», declaró a periodistas el ministro guatemalteco de Gobernación (Interior), Napoleón Barrientos.
El alto funcionario indicó que los detenidos han sido «entregados en la frontera a las autoridades migratorias salvadoreñas», donde se amplió, al menos hasta fines de mayo, un régimen de excepción instaurado el 27 de marzo, que permite detenciones de sospechosos sin orden judicial.
«Nosotros también vamos a alargar nuestro plan [para controlar el ingreso de pandillas], vamos a corregirlo y lo vamos a hacer nuevamente por un mes, porque es lógico que la presión que hay en El Salvador contra estas pandillas pueda ser que se desplace a territorio guatemalteco», consideró.
La «guerra contra las pandillas», como el propio Bukele ha llamado a su plan contra estos grupos criminales, cumplió un mes en El Salvador, con más de 19.000 detenidos, según cifras oficiales.
El plan de Guatemala también consiste en reforzar su frontera con Honduras, otro posible punto de acceso. «Tenemos información que también están utilizando el territorio hondureño para trasladarse a Guatemala», aseguró Barrientos.
El ministro también dijo que en mayo sostendrán una reunión con autoridades de los tres países para «coordinar la captura y entrega de pandilleros a las autoridades salvadoreñas».
Bukele, un político novato de 40 años con altos índices de popularidad, aseguró que «el 91% de los salvadoreños apoyan la guerra contra las pandillas», basándose en una reciente encuesta de CID Gallup.
El Salvador sufre con la operativa y violencia de la Mara Salvatrucha y Barrio 18, entre otras pandillas criminales, dedicadas a la extorsión y al tráfico de drogas. Entre ambas suman 70.000 miembros, de los cuales casi la mitad está tras las rejas a partir de la ofensiva de Bukele.