Cuatro soldados israelíes resultaron heridas, una de ellas de gravedad, este sábado en Kiryat Shmona, norte de Israel, por un ataque del grupo terrorista libanés Hezbollahcon unos quince cohetes, como parte del continuo intercambio de fuego en la frontera entre ambos países.
La mayoría de los cohetes fueron interceptados por la defensa aérea Cúpula de Hierro, informó el Ejército, y las soldados fueron heridas por la metralla caída de una intercepción. Las cuatro fueron trasladadas al hospital Ziv de la ciudad de Safed.
Poco después de ese ataque, el Ejército de Israel anunció que detectó el lanzamiento de otros ocho cohetes hacia Kiryat Shmona, que no causaron heridos en esa ciudad que se encuentra evacuada desde octubre; y que horas antes también recibió otros diez cohetes. “Hace poco, la aviación atacó a un comandante de Hezbollah que operaba en el área de Tebnit en el sur del Líbano”, añadió.
En la mañana, las localidades de Zar’it, Margaliot y Ma’ayan Baruch también recibieron varios proyectiles desde el sur de Líbano.
“Tras los proyectiles que fueron lanzados hoy hacia Ma’ayan Baruch en el norte de Israel, la Fuerza Aérea atacó el lanzador que se utilizó para llevar a cabo el ataque en la zona de Houla, sur del Líbano; y el usado para lanzar proyectiles hacia la zona de Zar’it”; indicó un comunicado castrense.
También atacaron una “estructura militar donde operaba un terrorista de Hezbollah”, en el área de Ayta ash Shab; y horas antes identificaron a otros dos “terroristas” del grupo chiíta que se preparaban para lanzar proyectiles hacia Israel desde la zona de Deir Mimas, que también fueron eliminados por la aviación israelí.
La artillería de las Fuerzas de Defensa de Israel también disparó para eliminar amenazas en las zonas de Kfarkela y Aalma El Chaeb en el sur del Líbano.
De momento, Hezbollah no ha confirmado la muerte de ninguno de sus milicianos, pero sí el lanzamiento de unos diez ataques con cohetes, misiles y proyectiles contra Israel.
Imagen combinada de una foto de satélite (izquierda) de un bosque junto a la aldea libanesa de Aita al-Shaab, cerca de la frontera israelí, tomada el 23 de octubre de 2023, y la misma zona (derecha) mostrando marcas el 5 de junio de 2024 tras meses de continuas hostilidades transfronterizas entre Hezbollah y las fuerzas israelíes (Planet Labs Inc/REUTERS)
La frontera entre Israel y Líbano vive su mayor pico de tensión desde 2006 con un intenso intercambio de fuego desde octubre, que se ha cobrado la vida de más de 520 personas, la mayoría en el lado libanés y en las filas de Hezbollah, que ha confirmado más de 330 bajas de milicianos y comandantes, algunas en Siria. En Israel han muerto 29 personas en el norte, 17 militares y 12 civiles.
Las hostilidades en la línea divisoria comenzaron el 8 de octubre, al día siguiente de que estallara la guerra en la Franja de Gaza, en solidaridad de Hezbollah con las milicias islamistas palestinas del enclave; aunque el cruce del fuego se ha intensificado mucho en los últimos meses, que hace temer una guerra abierta entre las partes.
El primer ministro Benjamin Netanyahu advirtió recientemente que el Ejército israelí “está preparado para una acción muy poderosa” en la frontera con el Líbano, mientras que el ‘número dos’ de Hezbollah, Naim Qassem, ha sostenido que una expansión del conflicto derivaría en “devastación y destrucción” en Israel.
Por su parte, el líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, aseguró el miércoles que si Hamas e Israel alcanzan un alto el fuego en la Franja de Gaza, la milicia chiíta también pondrá fin “sin condiciones” a sus ataques desde la frontera sur de Líbano, tal y como habían expresado durante los días anteriores varios altos cargos de la formación.