El Gobierno de Estados Unidos condenó el jueves “las acusaciones falsas” del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, contra su homólogo estadounidense, Joe Biden, y otros responsables políticos.
Así lo expresó el máximo responsable del Departamento de Estado para Latinoamérica, Brian Nichols, en su cuenta de Twitter, donde rechazó las alegaciones de Bukele contra Biden y funcionarios estadounidenses, como la ex encargada de negocios en el país Jean Manes y su sucesor, Brendan O’Brien.
Bukele señaló en esa misma red social que el Gobierno de EEUU “no acepta colaboración, amistad o alianza”, después de que Washington sancionara a la jefa del gabinete de Ejecutivo de El Salvador, Carolina Recinos, por corrupción en la gestión de la pandemia de Covid-19.
“Está claro que el Gobierno de Estados Unidos no acepta colaboración, amistad o alianza. Es sometimiento absoluto, o nada”, escribió Bukele. El miércoles, el Departamento del Tesoro anunció, además, sanciones contra dos funcionarios salvadoreños por corrupción durante las “negociaciones secretas” del presidente con la “Mara Salvatrucha” (MS-13).
Se trata de los directores de Centros Penales, Osiris Luna, y de Reconstrucción del Tejido Social, Carlos Marroquín. En respuesta a esa medida, Bukele publicó el miércoles en Twitter un hilo en el que reveló los supuestos temas abordados con Jean Manes en una reunión privada sostenida a mediados de septiembre.
Según el mandatario, Manes le “pidió cuatro cosas”, entre las que figuraba liberar al político Ernesto Muyshondt, en prisión acusado de incumplir su deber y por supuestamente negociar favores políticos con las pandillas y entregarles más de 600.000 dólares.
Nichols subrayó que estos “ataques personales injustificados” por parte de Bukele son un intento de distraer al pueblo salvadoreño de la corrupción de su Administración y del daño que está infligiendo a las relaciones de su país con EEUU.
“Continuamos siendo un amigo cercano y aliado del pueblo salvadoreño y seguiremos trabajando para impulsar los intereses de los ciudadanos de ambos países”, afirmó Nichols, quien dio la bienvenida al diálogo y a una mejor relación, “pero no al coste de permanecer en silencio ante acciones perjudiciales”.
Poco después, Bukele reaccionó a los mensajes de Nichols y respondió publicando la captura de una supuesta conversación de Whatsapp entre él mismo y Manes sobre Muyshondt, en la que la responsable estadounidense decía que sería en interés de todos que se siguiera la orden de un juez de ponerlo bajo arresto domiciliario por su salud.
De acuerdo con esa captura, Manes señaló que “aparentemente” Muyshondt no había sido puesto bajo arresto domiciliario por la falta de brazaletes de seguimiento que, recordaba, habían sido comprados bajo el anterior Gobierno.
En esa supuesta conversación, Bukele apuntaba que no se había recibido ninguna orden de ningún juez y criticó al magistrado del caso señalando que es un “corrupto”.
Asimismo, remarcó que la condición para el arresto domiciliario era que se colocara un brazalete a Muyshondt, algo que Bukele indicó que no se podía cumplir porque no se dispone de brazaletes que funcionen.