El formidable éxito de Apple con sus aparatos no es suficiente para que abandone su responsabilidad fiscal. Hasta ahora.
La firma de Cupertino anunció que hará el mayor pago de impuestos de la historia. Abonará 38.000 millones de dólares al fisco estadounidense para repatriar sus beneficios en el extranjero. No precisó en qué plazo ni en qué condiciones, pero se trata de la mayor cantidad abonada nunca por una empresa al fisco, según explicó la compañía, que se define como el primer contribuyente de Estados Unidos.
Cupertino es una ciudad del condado de Santa Clara, en el estado de California, Estados Unidos. Según el censo de 2000 tenía una población de 50.546, y en 2005 contaba con 52.171 habitantes.
Cupertino está en la zona conocida como Silicon Valley (valle del silicio), que se encuentra al sur de la región de la bahía de San Francisco. En Cupertino se hallan las sedes centrales de Apple Inc . y de otras muchas compañías de informática o tecnología.
En un comunicado, Apple explica que ha tomado la decisión tras los recientes cambios fiscales. Se refiere a la reforma tributaria de Donald Trump que favorece a las grandes corporaciones. Al tiempo, la firma de la manzana invertirá millones de dólares en crear empleos en EE UU y en invertir en una nueva planta. “La historia de éxito de Apple solo podría haber sucedido en América”, afirma su consejero delegado, Tim Cook, en el comunicado. Y añade: “Por eso estamos orgullosos de construir sobre nuestra larga historia apoyando a la economía de EE UU”.
Trump reclamó al inicio de su mandato que las empresas estadounidenses hicieran más esfuerzos por crear empleo en EE UU. Incluso llegó a amenazar a algunas de las grandes corporaciones si no trasladaban sus factorías en el extranjero a suelo estadounidense. El presidente aplaudió la decisión de Apple, que se anota como una victoria personal. “Prometí que mis políticas permitirían a las compañías como Apple traer de vuelta a EE UU cantidades masivas de dinero”.
Con el plan anunciado el miércoles, la tecnológica de Cupertino pone el listón alto. Es la última entre más de un centenar de corporaciones que, como el operador AT&T o la cadena comercial Walmart, anunciaron en las últimas semanas inversiones en el país aprovechando los ahorros que le aporta el cambio fiscal. Apple cifra en 75.000 millones la contribución directa que se derivará de las nuevas inversiones y a los impuestos que pagará por repatriar capital.
El fabricante del iPhone y de los Mac es ya el mayor contribuyente del país, pese a los ahorros que logra con una estructura que le permite aparcar fuera de EE UU los beneficios que genera su negocio en el extranjero. Bajo el nuevo régimen tributario, todos los beneficios que están en el exterior se consideran automáticamente como repatriados y se les aplicará un impuesto reducido del 15,5%, frente al nuevo 21% del impuesto de sociedades.
Apple contaba al cerrar el ejercicio con 268.900 millones de dólares en efectivo. El 94% está en el exterior, acumulado en países con un régimen fiscal más favorable, como Irlanda. No dice cómo distribuirá el dinero que devuelva a EE UU, que puede destinarse a dividendos para recompensar a los inversores, a la recompra de acciones o a financiar la compra de empresas. Sí explica que el nuevo plan de inversión se concentrará en la creación de empleo, en mejorar su capacidad manufacturera y en el desarrollo de aplicaciones.
Nuevo campus en EE.UU
Apple tiene previsto crear un nuevo campus corporativo en EE UU, sobre el que debe precisar aún los detalles, y repartir una paga extra de 2.500 dólares entre sus asalariados. La firma cuenta con 84.000 empleados en el país. “Esperamos que se genere aún más empleo como resultado de estas iniciativas”, augura la firma, que cifra en 55.000 millones la inversión que hará en 2018.
El presidente Donald Trump cargó duro durante la campaña electoral contra Apple. Llegó a decir que iba a forzarle a fabricar sus “malditos” dispositivos electrónicos en EE UU en lugar de en países con mano de obra barata. La mayor parte de la producción de la multinacional se concentra en China. En julio, Trump adelantó que Tim Cook le había prometido construir tres fábricas.
“Serán grandes, grandes, grandes”, aseguró en una entrevista con The Wall Street Journal, solo un mes después de que Cook participara en una reunión en la Casa Blanca con ejecutivos de otras firmas tecnológicas. El sucesor de Steve Jobs evitó hasta ahora entrar en detalles. Foxconn, una de las compañías que fabrica el iPhone para Apple, también hará una inversión multimillonaria.
Cook ya dijo a raíz de la victoria de Trump que estaba dispuesto a invertir en la expansión de la capacidad manufacturera en EE UU y en este sentido creó un fondo dotado de 1.000 millones de dólares para la promoción de empleos cualificados. Con el último anuncio, ese programa se multiplica por cinco. Las empresas, de hecho, tienen dificultad para cubrir puestos vacantes.
“Creemos profundamente en el poder del ingenio americano”, concluye el consejero delegado de Apple, “por eso estamos centrando nuestras inversiones en áreas donde podemos tener un impacto directo en la creación de empleo y en la formación de los trabajadores. Tenemos un amplio sentimiento de responsabilidad de devolver a nuestro país y a la gente que hizo posible nuestro éxito”.
Con información de Agencias