El ruido de los motores en Yeda silencia -al fin- el exceso de habladurías que rodean el paddock. El Horner leaks y la rumorología sobre un efecto dominó que situaría a Verstappen en Mercedes y Alonso en Red Bull dan un paso al lado con la llegada del asfalto, donde la escudería austríaca se siente inmune a conato alguno de guerra civil. Aunque el trazado revirado de Arabia muestra, a priori, un tablero diferente al de Baréin. El trazado prima la velocidad punta, especialmente en las curvas rápidas, y por ahí Aston Martin ha dado el paso adelante respecto al curso anterior.
Alonso, que había marcado el segundo mejor tiempo en los primeros entrenamientos libres -a una décima de Verstappen- reventó el cronómetro en la segunda tanda al conseguir el mejor tiempo del día por delante del Mercedes de Russell, segundo, y el Red Bull del neerlandés, tercero. Es evidente que este monoplaza se destaca a una vuelta, aunque perdone mucho en carrera. Es pronto para sacar conclusiones, pero dato mata a relato. Si en Sakhir Fernando fue sexto en parrilla, aquí las tres primeras filas pueden ser un objetivo realista para la clasificación de este viernes.
A una vuelta, habrá batalla
Alonso se impuso a Russell por dos décimas y le sacó tres a Verstappen, aunque cabe subrayar que, a priori, no será un oponente a Max en calificación. Menos aún en carrera, pero sí podría plantar mucha más batalla a Ferrari, Mercedes y McLaren de lo que hizo en Bahréin hace una semana. Especialmente a una vuelta, donde el Aston Martin vuela. Las tandas largas de la sesión fueron ciertamente concluyentes. Fernando anduvo en un ritmo de 1:34 alto, Pérez más bien 1:34 bajo… y Verstappen, el único en 1:33.
Los Ferrari no estaban lejos del neerlandés. Leclerc probó con el blando y Sainz, con el medio y en ambos casos se veía ritmo y poca degradación, la ecuación del éxito en la actual Fórmula 1. El español salvó una jornada realmente dura, de las que miden la fortaleza mental y física y el abanico de destrazas del piloto. Afrontó la jornada con 39 de fiebre antes de salir del hotel y escalofríos constantes, tras una noche en la que apenas descansó. Dos días sin ingerir nada sólido y una debilidad que se le pasó en cuanto se enfundó el mono y entró en el box. Su séptimo puesto fue inesperado teniendo en cuenta que su presencia en los entrenamientos fue duda hasta última hora.
Baréin queda atrás para Alonso y Aston Martin
Fernando olvida en Arabia lo ocurrido en Baréin, donde las hostilidades se producían entre los Mercedes, Leclerc y Mclaren. Por ahí no apareció el nombre de Aston Martin, por mucho que Alonso lo situara sexto en clasificación. Piastri y Norris le rebasaron sin problemas y Hamilton tampoco tuvo excesivas dificultades cuando llegó a él. El monoplaza que hace un año fue un león en Baréin se había convertido en un dulce gatito. Aston Martin parece haber resuelto su déficit a una vuelta, pero por el momento no hay rastro de las fortalezas domingueras del monoplaza.
Fernando se vio obligado a correr a remolque, retrasando sus paradas para tener mejores neumáticos en el tramo final, donde superó a su compañero de equipo y escaló hasta el noveno puesto, la realidad del AMR24 a día de hoy. Stroll fue décimo. Tres puntos para la escudería británica en un circuito en el que cosechó 23 el curso pasado. Así arranca la Fórmula 1. Restan 23 carreras, tiempo suficiente para la mejora de Aston Martin.