“Yanqui Agresor en El Salvador, otro Viet Nam te espera” fue la consigna de los asesinos de la Zona Rosa en 1985.
La noche del 19 de junio de 1985, dos vehículos tipo Pick Up, uno rojo y otro blanco con franjas laterales color café, rojo y anaranjada, detuvieron su marcha frente al restaurante Mediteraneé de la turística Zona Rosa del barrio San Benito, al noreste de San Salvador, y sus ocupantes comenzaron a disparar con distintos tipo de armas hasta convertir el lugar en una escena sangrienta sin paralelo en la historia del país.
13 personas murieron acribilladas, cuatro de ellas ciudadanos norteamericanos de alta en la embajada de los Estados Unidos, pertenecientes al cuerpo especializado de la Fuerza Naval, los “marines”, dos civiles de la misma nacionalidad adscritos a la empresa multinacional de electrónicos WANG, además un chileno, un guatemalteco y cinco salvadoreños.
Los hechos se desarrollaron con gran rapidez. A eso de las nueve de la noche, el grupo de supuestos soldados en trajes militares camuflados del Ejército, llegaron hasta donde se encontraban departiendo tranquilamente los parroquianos y sin decir palabra uno de ellos comenzó a disparar sus armas automáticas sobre los parroquianos.
Los primeros en caer fueron dos “marines” de la embajada; otros oficiales norteamericanos vestidos de civil y que intentaron responder el fuego fueron abatidos por las ráfagas de disparos que hicieron entre dos y tres personas tras el primer tirador. Dos empleados de un laboratorio electrónico de Massachusetts siguieron la misma suerte que sus paisanos.
Otras siete personas quedaron tendidas en el pavimento de la calle junto a un número indeterminado de heridos. En total fueron trece las personas asesinadas.
La masacre fue dirigida por Manuel Melgar, quien pasó cómodamente los 10 años de gobiernos del Frente Farabundo para la Liberación Nacional (FMLN), en oficinas de lujo y con aire acondicionado, ganando miles de dólares al mes.
La operación no les llevó a los terroristas más de quince minutos después de los cuales se dieron a la fuga por el mismo camino que habían llegado.
Hasta ese momento las conjeturas eran que se trataba de un acto terrorista de los comandos urbanos Clara Elizabeth Ramírez cuya estrategia de terror era la misma aunque jamás habían realizado una acción semejante, pero no fue así. En un comunicado conjunto el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos, PRTC y el FMLN, se responsabilizaban de la masacre.
El comunicado estaba suscrito por Fernando Gallardo a nombre de la “Jefatura Político Militar de los Comandos Guerrilleros Urbanos” “Mardoqueo Cruz” del FMLN. En el comunicado se informaba “Al pueblo salvadoreño, pueblos centroamericanos y demás pueblos del mundo” que esas organizaciones asumían la responsabilidad de la ejecución de la masacre y que la misma había sido denominada “Yanqui Agresor, en el Salvador otro Viet Nam te espera”
Los atacantes, pues, sabían lo que buscaban, dónde y contra quiénes concentrar el fuego asesino. Se trataba del más cruel ataque planificado contra ciudadanos norteamericanos en el país según se supo horas más.
El partido revolucionario de los trabajadores centroamericanos, PRTC, una de las cinco facciones que integraban el FMLN guerrillero, fue señalado siempre por los voceros de la Fuerza Armada de El Salvador, como una de las fuerzas más pequeñas de lo que era el FMLN, pero también como una de las fuerzas más criminales de la guerrilla. Uno de sus fundadores había sido el secretario General del Partido Comunista Salvadoreño, Fabio Castillo Figueroa.
El ataque y masacre de la “Zona Rosa” tenía como objetivo llamar la atención sobre la participación de Washington en la guerra en El Salvador.
Los sargentos Bobby Dickson, de 27 años, Thomas Handwork, 24, y los cabos Patrick Kwiatkoswki, 20, y Gregory Weber, 22, murieron debido a múltiples heridas. Uno de ellos falleció en el lugar, dos mientras eran trasladados al hospital de Diagnóstico y el último mientras era intervenido en el quirófano.
Paradójicamente en una delegación de la Cruz Roja, uno de sus asesinos también se debatía entre la vida y la muerte. “Julio” había recibido un impacto de bala en la espalda por otro de los tiradores, siendo lanzado desde uno de los vehículos que utilizaron los atacantes a las puertas de la CR. Los socorristas trasladaron inconsciente al herido al hospital Rosales, donde murió.
El entonces presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, que se encontraba atendiendo el caso del secuestro de norteamericanos en Beirut, calificó de “chacales” a los asesinos de los ciudadanos estadounidenses en la Zona Rosa y prometió aumentar la asistencia militar al gobierno del presidente Duarte para combatir a los terroristas del FMLN.
Los detalles sobre cómo fue planificado y ejecutado por el PRTC-FMLN el asesinato de los “Marines” en la Zona Rosa, el 19 de junio de 1985, se comenzaron a conocer en el país luego que uno de los supuestos participantes, Juan Miguel García Menéndez, fuera capturado por la migración de los Estados Unidos cuando intentaba ingresar a ese país, huyendo de la justicia salvadoreña.
García Menéndez trató de negociar la recompensa ofrecida por los EEUU a quien diera información que condujera a la captura de los asesinos de la Zona Rosa, razón por la que reveló todos los detalles del crimen. No le dieron la recompensa y de todos modos fue deportado hacia El Salvador donde fue capturado por agentes de la Guardia Nacional. El resto es historia que ya no importa.
A continuación Video: Masacre contra transportistas, Masacre en la Zona Rosa. Comentarios del Chachi Guerrero, quien posteriormente también fue asesinado por los criminales terroristas del FMLN en El Salvador.